Crónica de Patagonia Run 10 años

Por Alberto Austerlitz (Yaca)

Patagonia Run es una carrera emblemática. Este año cumplió 10 años, lo que significó una fiesta. Tuve que entrenar a conciencia con sacrificios de toda índole: entrenamiento con frío, lluvia, calor, etc., quitarles tiempo a mi familia y amigos, en definitiva horas y horas de entrenamiento en los cerros salteños y llevar una vida sana.

Sinceramente, con mis íntimos amigos Cora (Martín Coraita) y Rufo (Rufino Cosio), preparamos el viaje con un año de anticipación. El año pasado con Cora corrimos 75 km y quedamos encantados.

En un abrir y cerrar de ojos llegó el momento. No es novedad que el tiempo pasa rápido. Pero una semana antes me enfermo, no era poca cosa… yo sabía en el fondo que ese viernes 12 de abril a las 19:30 hs. iba a estar perfecto, ¡y fue así!!! La fe mueve montañas.

Tenía que estar al 100% para los 110 km de Patagonia Run… lo tenía en mente desde hace 12 meses… en ese entonces pensaba que era CASI imposible, era un reto gigantesco, por lo que empecé a prepararme seriamente siguiendo un plan de Eli García (PF de KAS Team), no podía repetir la inconsistencia de los 60 km de Xtreme (ir sin seguir un plan).

Y así fue, me entrené a conciencia: frío, lluvia, calor extremo y varias adversidades… horas y horas en los cerros salteños con los chicos de KAS Team y de 0+Trail.

Y llegó la hora de la batalla, ansiedad extrema, nervios (el mismo cosquilleo sentía cuando era chico antes de entrar a una cancha de rugby). Por suerte no estaba sólo, en la cabaña estaban mis íntimos amigos: Cora, Rufo y Martincho (Marín Simesen) y nos alentábamos mutuamente. Fundamental es estar acompañado.

Un mal momento

El viaje era Salta, Buenos Aires, Bariloche en avión y de ahí alquilábamos un auto hasta San Martín de los Andes. Rufo tenía el vuelo con varias horas antes, por lo cual llegó a Bariloche sólo. Cora y yo llegábamos más tarde… nos íbamos llamando en cada escala, hasta que al subir al avión en Aeroparque recibo el llamado de Rufo. Le habían robado los dos bolsos del baúl del auto alquilado. Fue un baldazo de agua fría, una puñalada en la espalda, mi sonrisa se fue inmediatamente y mi cara se transformó en funeral…

Fue ahí que, con templanza, mi hermano Cora me dijo: “¡quedate tranquilo, Yaca, Rufo va a correr como sea!» Me quedó grabado y sentí una tranquilidad absoluta, sabía que lo que decía Cora era verdad. ¡Y así fue! (Amigo extremadanamente generoso, humilde y sabio).

Solidaridad trailera a la máxima potencia

Llegamos a Bariloche y sentí que Rufo, que estaba sólo y devastado, se alivió y percibí su tranquilidad… Se dio cuenta de que no estaba sólo.

En el viaje de Bariloche a San Martín de los Andes (paramos a comer en Villa La Angostura) empezamos con los pedidos de solidaridad… como fuese Rufo tenía que correr.

Así fue que nos contactamos con la organización Patagonia Run (https://www. patagoniarun.com), algunos sponsors de la carrera, Colombia Argentina (http:// www.columbiasportswear. com.ar/new/ y Vylka https:// www.vylka.net), marcas salteñas Nutrishop, Legión Extranjera, Espacio Urbano y Cumbres (sin obligación 11se pusieron a disposición); varios amigos de todo el país y otros que sin conocernos se pusieron a disposición. Y fluyó una incontenible solidaridad desinteresada de muchos corredores y de diferentes lugares.

Fue una bola de nieve positiva, empezaron a llamar de todos lados y así fue que conseguimos toda la ropa para que Rufo corriera (Ojo, ¡era mucha! En distancias tan largas los detalles hacen la diferencia, en los 110 km se necesitan 3 cambios de ropa y de alta calidad por el frío extremo, con gran requerimiento técnico, más la alimentación, geles, barras, etc). Acá aprovecho para agradecer por enésima vez a todos los que nos dieron una mano! ¡Gracias de corazón!

La carrera/ los 110k interminables

Eran las 18:40 de la tarde del viernes 12 de abril, salimos con Rufo hacia el hotel donde estaban las combis que llevaban a todos los corredores de 100 km (fueron 500). Ya hacía frío y diluviaba. Íbamos los 2 callados (fue un vestuario de rugby), mucha adrenalina. Llegamos al Regimiento (Plaza de Armas, Regimiento de Montaña 4 – Coraceros General Lavalle) y ahí empezó todo. Patagonia Run es una carrera tan bien organizada que cada 10 km más o menos tenés un PAS (Puestos de Asistencia) muy completo y con gente excepcional en ellos, personas tan amables que se nota el sentido de pertenencia.

Algo para destacar del PAS Rosales al PAS del Portezuelo: la distancia es la más larga, unos 15,5 km aproximadamente; me lo había recordado Rufo, para que tuviera en cuenta la alimentación y bebida.

100 km… sí, suena fuerte, es una distancia larga y tenía que largar despacio y no cometer errores…, pero la ansiedad
me jugó una mala pasada y largué relativamente rápido (como siempre para variar, grave error en las ultras).

En el kilómetro 17 aproximadamente, como dije anteriormente, la distancia más larga entre PAS y PAS, me quedo sin agua y empecé a tener sed…, no me animé a pedir, hasta que no aguanté más y pido (eran las 9 de la noche aproximadamente) Gonza, un amigo de Bs.As, tipazo con todas las letras, me reconoce la voz de salteño y me grita: “Yacaaa, ¿sos vos?”. Fue salvador ese reencuentro, amablemente me dio agua de su camel y empecé a recuperarme…, recién iban 17 km.

A pesar de que comencé a sentirme mejor, apareció el primer fantasma y autoboicot (algo normal en las ultras, sabía que en algún momento iba a ocurrir). Me pregunté: “si recién van 17 km, cómo hago para terminar los 110 km?

Fue en ese momento cuando me acordé de todo lo que había entrenado, de todo el apoyo de mi hija Albert, de mi hijo Santi, de mi mujer, de todos mis amigos… y cambié el chip instantáneamente y empecé a disfrutar, además justo, como arte de magia, me toca el tema que mi hija Albert eligió para mi playlist #PatagoniaRun19 / “In This Shirt – The Irrepressibles” (mis dos hijos siempre eligen 2 temas en cada playlist de mis carreras).

Corrí y disfruté tanto que llegué perfecto al PAS El Portezuelo 22,5k y ahí fue donde me encontré con Rufo y Vale.

Fue un antes y un después. Eran las diez y media de la noche aproximadamente y hacía mucho frío, el verdadero mundo nocturno del trail.

Vale estaba congelada, hasta se cuestionó seguir. Ahí fue cuando le dije a Rufo: “¿vos querés hacer podio?” No me contestó. “Entonces vamos a acompañar a Vale paso por paso y hasta la llegada…”. “¡Claro que sí!”, me contestó Rufo, tipo noble si los hay. Pero Vale, quien no sólo es la N1 del trail sino como persona, nos dijo: “Yo no voy a poder seguir su ritmo, tengo frío y estoy cansada”. Claro, venía haciendo ya 80 km y nosotros recién íbamos por el 22.5 km.
Le dije: “Vos venís con nosotros sí o sí…”, y así fue. Seguimos los 3 apoyándonos fuertemente. A los pocos kilómetros Vale se recuperó y fue, por los menos para mí, imposible seguir su ritmo (¡Dios, cómo sube esta mujer!)

Vale encabezó el pelotón de 3 y empezó a subir como una cabra, iba diciendo “permiso… permiso, por favor”, en subidas muy empinadas y angostas (Colorado, Quilanlahue y Quechuquina), alguien nos sintió la tonada (aclaro que seguíamos corriendo de noche) y fue ahí donde se sumó al pelotón Maga (Maga Montes), otra salteña. Pasaron los kilómetros y se hizo de día… seguimos los 4. Ya estaba muy cansado, cada kilómetro me costaba más, al no usar polainas me entraban muchas piedras todo el tiempo y me cortaron la planta de ambos pies. Lo más positivo fue que no tuve ningún calambre en los 110 km, la alimentación fue fundamental. Maga en un momento bajó el ritmo porque no se sentía bien y se quedó a descansar en un PAS (Llegó a 10’ de nosotros, una verdadera guerrera).

¿Qué te motivó a seguir?

Y la verdad, correr acompañado (Rufo y Vale son íntimos amigos, entrenamos juntos muchas veces por los cerros salteños) me motivó a seguir, además el sacrifico que hice para poder estar y correr esta carrera. Siempre mis hijos, mi mujer, mis padres, amigos presentes en mis pensamientos.

¿Pensaste en algún momento en abandonar?

¡Jamás! Lo que sí puedo asegurar… a pesar de ese mal momento en que me quedé sin agua y el cansancio de seguir el ritmo a Vale, jamás pensé en abandonar, obviamente sí existen cuestionamientos de cómo lo podré lograr. Dudas existen, la famosa muralla. Pero está en uno romperla.

¿Cómo fue la experiencia de correr tanto tiempo?

Es difícil de explicar, pasás por varios estadios. En los momentos más críticos me aparece una indómita voluntad, un espíritu indómito; la fuerza indómita de una tempestad. Yo creo que todos tenemos “ALGO” para superar las adversidades.

En una ultra de este calibre… correr acompañado y tener presentes pensamientos positivos es fundamental, pensar en mis hijos fue el plus extra.

¿Qué se siente cuando llegás a la meta?

Fue la gloria, la pensamos desde el momento en que nos encontramos con Vale en el PAS El Portezuelo y nos dijimos: “vamos a llegar juntos los 3 como sea…”, ¡así fue! Llegamos los 3 de la mano y al cruzar el arco de llegada todo fue tan fuerte que se nos cayeron unas lágrimas y nos dimos un abrazo muy fuerte los 3. Simplemente emocionante, ¡llorar también es de hombre!

¿Qué experiencia te deja, qué reflexiones?

Así como en la vida, cuando pensás que todo está mal, sale ese instinto natural para sobreponerse de las adversidades.

Lo importante en la vida son los caminos, caminos donde aparece el éxito y el fracaso. Tanto el éxito como el fracaso son impostores…, la base es tratar de continuar a pesar de las caídas.

Me dio una templanza que no tenía antes. También está bueno saber que no estás sólo. Le robaron a Rufo sus 2 bolsos, toda su ropa y supimos salir de ese pozo, de la angustia a la gloria, una gloria muy confortante.

Última reflexión… esta carrera me reafirmó lo que mis padres y el rugby (el Jockey Club Salta, mi segunda casa) me enseñaron…: TRATAR DE SER SIEMPRE UNA BUENA PERSONA.

¿Cuál es la próxima meta?

Una locura… 100 millas, son contados con los dedos de una mano los salteños que hicieron esta locura, puedo nombrar a mis amigos/as: Vale Cha, Nati Supa y Tano Ísola…, también a otros salteños que viven afuera: Saga Rueda, Gonzo Giménez y Jorge Camino. ¡Genios todos!

Seguinos!

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