¿Por qué celebramos?

Santiago de los Ríos

EVENTS DESIGNER – @santiagodelosriosevent

www.santiagodelosrios.net

Hace más de quince años trabajamos con mi equipo en la organización y ambientación de eventos, acompañando a nuestros clientes y haciendo realidad el sueño de celebración anhelado por ellos para ese gran día. Pero ¿qué hace que despierte en cada uno de nosotros las ganas de celebrar?

 Lo primero será acudir al diccionario y ahondar en las raíces etimológicas del término que, como siempre ocurre, resultan reveladoras. La palabra «celebración» proviene del latín “celebratio” y significa «convocar ó concurrir en gran número. Acción y efecto de organizar o participar en un acto festivo ó solemne “.

Y nada más acertado, pues las celebraciones han existido desde tiempos inmemoriales y han sido parte fundamental de la vida del hombre en comunidad desde su aparición en la tierra.

Son rituales humanos ancestrales, necesarios y vitales, a los que hemos acudido de modo sistemático e irreemplazable para comunicarnos, para destacar un acontecimiento de manera especial, para dar a conocer lo que consideramos relevante y encontrarnos.

Las causas de la reunión pueden ser cientos, pero son sin duda los motivos de gozo, los que nos impulsan a convocar a aquellos con los que queremos compartir lo bueno que nos sucede, los momentos felices, lo que impacta en nuestras almas y deja huellas.

En toda celebración, subyace un sentimiento de pertenencia, como una “causa común” que remarca de manera única, algo que a todos nos sucede y nos convoca. Hace a nuestra identidad y evoca con gratitud el paso del tiempo transcurrido en nuestra historia personal, familiar y comunitaria.

Podemos decir entonces, que celebrar es un acto de generosidad.  Una oportunidad privilegiada para los convocados, de ser parte de la felicidad y los logros de sus anfitriones.

Debido a la vertiginosidad de nuestros días, plagados de urgencias, obligaciones y compromisos, tendemos a pensar que no somos capaces ó no contamos nunca con el tiempo suficiente para pensar en una celebración acorde a nuestras expectativas y sueños.

Sin embargo, cuando hacemos a un lado los temores, tomamos la posta y nos animamos al festejo de esos hitos que marcan nuestras vidas, nos invaden sentimientos de dicha y emoción tales, que se vuelven contagiosos. Se irradian a las personas que nos acompañan, se adueñan del ambiente en un genuino “clima de fiesta”, y logran que todos disfrutemos la experiencia y la guardemos para siempre entre los recuerdos memorables.

El celebrar nos conmueve y nos hace detenernos en esos momentos que le dan sentido a nuestras vidas. Reconectar con las cosas que verdaderamente importan:  los afectos, los buenos frutos.  Miradas, gestos y presencias que nos reconfortan y alientan.  Todos los allí reunidos son eslabones de nuestra historia de vida, por eso son también parte fundamental de los motivos de la celebración.

Las formas, las preferencias, las distintas modalidades de celebrar y festejar son muchas y muy variadas. Cada persona encuentra la suya. La experiencia puede expandirse y convocar a muchos en una fiesta memorable, o puede ser vivida en la calidez y la intimidad de una casa. Lo importante es disfrutar y conectar con los sentimientos y los motivos esenciales de la celebración, teniendo siempre presente que los momentos trascendentes merecen ser compartidos con aquellos que nos aman y a quienes más amamos.

Seguinos!

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