Por Laura Lee Santamaría
¿Qué te inspira a la hora de hacer una prenda?
Son muchas cosas las que me inspiran. Generalmente la prenda no nace sola, nace de una temática que me inspiró y puedo investigar. Nace a partir de una sucesión de elementos: morfología, formas, colores, texturas. Por ejemplo, me acuerdo una colección que se llamó “Monte”, y yo conté una historia. En esa historia su ubicación geográfica, su flora, su fauna y su contenido hacen que yo elija las prendas. Nunca nace una prenda sola, así porque si, sino dentro de un contenido y ahí hago el desarrollo de esa prenda.
Estudiaste arquitectura, ¿Qué te llevó a hacer el cambio a la moda?
La moda siempre me gustó y en las épocas que yo empecé con esto, no se decía diseñador. Era como una cosa de corte y confección. No estaba valorada la carrera de diseñador. Buenos Aires estaba comenzando a tener su protagonismo en la moda, la gente del underground empezó a hacer la moda detrás de la moda. Crecí en esa etapa y quería demostrar lo que hacía hasta que apareció la primera “mirada” del arte joven en el año 88/89 y yo quedé seleccionado en una presentación que se hizo en San Martín de Tours en la Recoleta y me encantó. A partir de ahí empecé a anotarme en movidas independientes hasta que en el 1993 “Para ti” me elige como revelación en la moda.
¿Cómo describirías tu estilo?
Ya de chico, cuando empecé a hacer moda, “marqué una cosa con lo nuestro”. Eso tiene que ver con mis raíces. Nací en Salta, y tuve contacto con las cosas de los Wichis y con los aborígenes. Sentía que teníamos un arte maravilloso pero que le dábamos la espalda. Sentía que el turista extranjero venía y decía: “Beautiful!” “Wonderful!” y nosotros desmerecíamos el trabajo de nuestros artesanos. Cuando hice mi primera exposición de diseño, dije “yo voy a jerarquizar y voy a valorizar estos elementos que para mí fue amor a primera vista y me gustaron. A partir de ahí, siempre marqué una diferencia en mis colecciones incorporando todas estas cosas norteñas por mi lugar de residencia y conocimiento a la moda. Fui jerarquizando y educando a la gente, mostrando que esto se podía llevar como una prenda de estilo.
Lo autóctono tiene un peso importante en tus creaciones ¿Por qué?
Mi estilo se fue dando solito. Creo que esa selección de materia prima y artesanal de categoría que siempre hice, de jerarquización de nuestras raíces fue lo que me llevó a marcar un estilo. Por eso siempre digo que mi moda no es moda, lo que hago yo es estilo. Mis prendas traspasan las fronteras del tiempo y tienen que ver con la personalidad, con lo que uno siente y con lo que uno lleva puesto como “el vestir”. Para mí es eso lo que hago, por eso mi ropa la defino como estilo y no como tendencia ni como moda.
¿Tenés algún sueño profesional que no hayas cumplido todavía?
Sí, tengo un sueño que no cumplí. Yo siempre quise hacer “Senra Home”, hacer no solamente la ropa como un estilo de vida sino también la casa. Y mi línea perfectamente da para hacer todo. Hoy está muy de moda todo ese tipo de cosas. En un momento lo pensé y no lo pude hacer, pero hoy veo muchas cosas que tienen que ver con eso, el estilo rústico. El estilo nuestro está de moda y está aceptado por la sociedad, es más, es la tendencia en este momento desde hace tiempo.
¿Qué rol cumple la ecología en tus diseños?
La ecología sí cumple una fuente importante en mis colecciones por la selección de materiales. Yo por más que esté de moda el charol o el plástico, no voy a usar esos materiales porque no van conmigo. Siempre busqué lo natural, de procedencia natural y la artesanía metida en el medio. Así que eso es un referente de mis colecciones constante y siempre vas a ver alguna prenda, aunque sea de Prêt-à-porter, con algún detalle artesanal. Me gusta dar ese toque. Cuando ves una prenda mía, no hace falta que se vea la etiqueta. Tiene que ver con eso. Con la búsqueda de poder enfocar y materializar cosas sin mostrar la etiqueta.