¿Cómo te iniciaste en el mundo de la platería artesanal?
Me inicié en el oficio al regreso de un viaje que realicé en 1980 a la ciudad de Pisac, Perú, donde conocí a unos artesanos que fundían plata y colaban en unos moldes de barro, quienes me enseñaron la técnica de moldear en barro reproducciones de «ídolos antropomorfos Incas». A mi llegada a mi pueblo natal, San Antonio de Areco, comencé a trabajar en un taller de «platería criolla» de J.J. Draghi.
¿Cómo ha evolucionado tu trabajo a lo largo de los años?
Mi trabajo fue evolucionando incorporando una serie de conocimientos en técnicas como el calado, el laminado y el cincelado de piezas en plata, tales como rastras, hebillas, espuelas y cuchillos.
¿Has tenido algún mentor o influencia significativa en tu desarrollo como platero?
En ese taller comencé los trabajos con la influencia de un estilo muy difundido y arraigado en la platería de campaña para uso rural o gauchesco.
¿Qué te inspira para crear tus obras?
La inspiración en la creación de piezas de platería está sujeta a un repertorio decorativo tradicional, con una muy significativa influencia de trazos «salomónicos» y motivos fitomorfos (flores, hojas y frutos) plasmados en el metal.
¿Tenes alguna técnica particular de platería que prefieres utilizar? ¿Alguna que caracterice tus trabajos?
La técnica que define una impronta personal de cada platero es el cincelado, donde cada artesano reproduce a través de la decoración sobre el metal características que definirán el estilo personal que irá evolucionando y mejorando con el tiempo.
¿Hay algún material en particular que disfrutes trabajar más que otros?
El material de mi preferencia es la plata 900, donde uno tiene un amplio margen para reproducir escenas decorativas sobre este metal tan noble.
¿Cuál es la obra más significativa o destacada en tu carrera hasta el momento?
El mundo de la platería tiene un horizonte muy amplio, y es muy difícil elegir una obra para depositar en ella toda la sabiduría en el arte de la orfebrería. Todas las obras, como mates, estribos, cuchillos, obras religiosas, etc., ofrecen al artífice características diferentes donde poder aplicar maestría y estilo. Si tuviese que elegir una obra para destacarme, sin duda sería un cuchillo, y en la platería religiosa, una Custodia.
¿Podés compartir alguna anécdota interesante relacionada con la creación de una pieza en particular?
Las anécdotas son casi infinitas, todas las obras tienen una vida propia y un destino que en la mayoría de los casos engrandecen la pieza. Una vez realicé un cuchillo por encargo, me lo habían pagado y se lo mandé a otra persona a otra dirección; la persona que lo recibió se comunicó conmigo y, en vez de devolvérmelo, me lo compró. Vender por equivocación marcó una forma nueva en la comercialización de piezas. Al otro cuchillo lo hice, pero distinto.
¿Cuáles son los desafíos más grandes a los que te has enfrentado como platero?
El desafío más importante que tuve en mi carrera de platero fue, sin duda, la restauración del conjunto de platería del Señor del Milagro de la catedral de Salta en 2010. 28 rayos, 4 nimbos, 4 esquineros, 3 cantoneras, 3 clavos, 1 corona, 1 cinturón del faldellín, 2 cartelas y 249 tornillos con sus nuevos anclajes en el reemplazo de la cruz de nogal.
¿Cómo influye la cultura y la tradición local en tu trabajo como platero en Salta?
La influencia del gusto por la platería en los salteños jugó un papel muy importante en la posibilidad de crear y adaptar diferencias en la realización de las obras por la originalidad que eso impone.
¿Hay elementos regionales que incorporas intencionadamente en tus creaciones?
Los elementos regionales que incorporé en mis obras, sobre todo en la cuchillería, fueron la madera de «guayacán», «palo mataco», «Itin» y otras maderas autóctonas en los cabos de los cuchillos.
Aparte de tu trabajo como platero, ¿cómo es tu vida diaria? ¿Tienes alguna rutina especial?
Mi trabajo como platero abarca joyería, platería religiosa, platería doméstica y platería criolla. El taller es un lugar de creación de obras y también de fabricación de herramientas específicas para cada pieza. El taller es un mundo muy atractivo. La rutina es el dibujo, el boceto y la preparación de las herramientas y el metal para comenzar. Pero la pieza está prácticamente realizada cuando uno la tiene en la cabeza.
¿Cómo equilibrás tu vida personal con tu dedicación a la platería?
Mi vida personal está ligada a mi oficio y lo defiendo a cada minuto que pasa. El oficio me ha permitido tener un lugar en el mundo del arte, ser reconocido como tal y transitar por un lindo lugar en la vida colmada de satisfacciones.
¿Participás activamente en eventos locales o ferias?
He participado en numerosas exposiciones personales y colectivas, también educativas, de investigación y de restauración.
¿Cómo percibís la apreciación de la comunidad hacia el arte de la platería?
La apreciación por la platería de la comunidad es muy alta, y es muy importante el valor que se le da al oficio y a las piezas, integrando desde los regalos institucionales, empresariales y personales.
¿Tenés proyectos futuros o metas que te gustaría alcanzar en tu carrera como platero?
Entre los proyectos que me gustaría realizar se enmarcan en el plano educativo y de capacitación. A modo de carrera terciaria, una «Tecnicatura en Restauración de Obras de Orfebrería».
¿Cómo ves el futuro de la platería artesanal en Salta?
El futuro de la platería lo veo sin escollos. Cada día que pasa hay más artesanos dedicados a este noble oficio. En mi caso personal, mi hijo Lisandro sigue con el legado, y es lo mejor que me ha pasado en el oficio que llevo en mí desde hace 40 años.