Por Facundo Burgos, estilista y colirista de Burgos Club.
Si estás pensando en un cambio de look, antes de hablar de tendencias en color es importante tener en cuenta el tono de tu piel.
Para determinar fácilmente el tono de tu piel cepilla tu pelo hacia atrás y usá una toalla alrededor de la nuca y por encima de los hombros. Ahora mirate en el espejo, si tu piel tiene ligeros tonos amarillos, tenés una tez cálida. Si tiene ligeros tonos azulados, tenés una tez fría.
Piel pálida o blanca
Los tonos rojizos, cobrizos, pelirrojos y cálidos favorecen mucho a este color de piel. En los tonos de piel fríos debemos buscar colores que contrasten, que aporten calidez, pero sin perder equilibrio.
Cuidado con los tonos platino y ceniza, porque neutralizan tus rasgos. Olvidate de llevar colores muy oscuros, ya que resaltarán ojeras, manchas e imperfecciones.
Piel beige o dorada
Las pieles cálidas se caracterizan por presentar matices dorados o amarillos y son de las que
se broncean con mucha facilidad en verano.
Los colores que las favorecen son rubio dorado, rubio caramelo, tonos cobrizos y rojizos, caobas, castaños cálidos o mechas caoba con una base en castaño. No elijas tonos intensos o fríos, como morados, fucsias o violetas.
Piel aceitunada
Si tu color de piel es moreno, elegí tonos miel o dorados, ya que te aportarán más luz al rostro. Evitá los colores muy fríos y desgastados, te sumarán años.
Piel oscura o negra
El pelo oscuro realza las facciones de una piel oscura o negra. Si querés darle más luminosidad, probá unas mechas en tonos dorados. La idea es suavizar y matizar el tono de la piel.
Nunca elijas un rubio platino, optá por un castaño medio de base o cobrizo.