Diciembre

 Por Flor Zumaeta

Diciembre, ese mes que tanto esperamos. Diciembre ese mes que en el calendario marca la finalización de un año. Diciembre, el mes de fin de ciclos escolares, laborales, pero también de reencuentros, brindis y balances. Treinta y uno son los días de este último mes del año. Y sentimos que vuela, que volamos. Cuando queremos darnos cuenta estamos brindando por el año que dejamos ir y por el que llega en ese preciso instante que las agujas del reloj marcan las 12.

Transitamos cada día de este mes de mil y una formas. Suele suceder que nos agobiamos, angustiamos, enojamos, porque no pudimos con todo lo planeado y es, sin dudas, la peor elección que podríamos tomar. El estrés puede colarse en nuestros días, nos dejamos llevar por la conciencia colectiva que nos hace correr, tensarnos y presionarnos. Es  diciembre y todo parece más agitado y urgente. Los días previos a la Navidad y al Año Nuevo nos movilizan notablemente. Vivimos distintas circunstancias, cada uno de nosotros, muy personales, y también en el común de la sociedad de la cual formamos parte.

Muchas veces es nuestra sociedad las que nos imprime esa cuota de presión social por medio de la tv, radio y redes sociales. Esa cuota de presión de la cual hago referencia es ese mandato del ideal de Navidad. Todos felices y contentos, pero tal vez para muchos esa no sea su realidad y se ven forzados a mostrar o hacer creer que la viven así. Y nada más alejado de la realidad.

Vivir las fiestas de fin de año como deseamos, creo que es la clave. En familia, con amigos o en solitario. Con mucho o poco, pero siendo felices en nuestro ser interior. Aceptando lo que sucede y deseando todo lo bueno. Recordando a quienes no están ya en este plano y añorando su presencia corporal para darles ese abrazo que nos quedó pendiente. Aconsejo por estos días respirar profundo, tomarnos el tiempo para intercalar con pausas regenerativas. Escuchar música estimulante, disfrutar del verano, descubrir los colores, leer. Cuando uno siente y quiere sentir el bienestar tiene que poder trabajar para llegar a ello.

Poder compartir una mesa con quienes amamos, un plato preparado con amor y mirarnos a los ojos mientras brindamos. Recordar el maravilloso año que tuvimos o los sin sabores que pasamos; pero con un brillo en los ojos de poder recordar.

¿Qué me pongo? ¡Simple! con lo que tenemos en nuestro placard, sin necesidad de salir corriendo a comprar. Porque cuando estamos bien interiormente, se refleja en nuestro rostro, en nuestro cuerpo. Vas a estar resplandeciente porque el sentir traspasa y se siente.

¿Regalos? materialmente no son necesarios, pero sí aquellos que nos emocionan y alegran nuestro corazón, pueden ser abrazos de osos, dulces palabras, caminar tomados de la mano, compartir algo que nos guste mucho; tanto por regalar y tanto por recibir. Estoy segura de que, si comenzamos a transitar los fines de año así, mucho dentro de nosotros puede cambiar.

Siento que no hay peor elección que la de elegir vivir lo que no somos y más aún el aparentar, que en definitiva nos hace mal porque no estamos viviendo con los pies sobre la tierra.

Hay que poder vivir como lo que somos, sin dejarnos envolver por lo que es políticamente correcto. Y así en todos nuestros aspectos de la vida, me pregunto ¿qué sentido tiene vivir aquello que no somos? siento que puede hacernos daño. Ya que el día que tomemos conciencia de que estamos viviendo una vida de cuentos, esto nos causará tristeza y dolor. Aceptarnos para aceptar.

Mes para encontrarnos, para re- encontrarnos. Mes para renacer desde lo más profundo. Mes para sentir. Mes para celebrar. Un nuevo nacimiento, con historias y mil sueños por cumplir.

 

Flor Zumaeta es Lic. en Comunicaciones – Facilitadora de Bienestar – Coach en PNL – Máster en PNL

Teléfono: 3874835362
Mail: florenciazumaetahotmail.com IG: florenciazumaeta
Fbk: Momentos de Bienestar

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