Descubrimiento en la UCASAL

Una investigación aplicada en el campo de la salud humana y llevada adelante por un grupo de investigadores de la UCASAL evaluó el  efecto de la vitamina K2 sobre calcificación vascular en pacientes dializados y con Insuficiencia Renal Crónica Terminal.

El trabajo fue desarrollado por un equipo que encabezó la Dra. Rocío Pérez Abud, Licenciada en Nutrición, con una maestría con mención europea en Nutrición Humana y un doctorado en el área de Fisiología y Fisiopatología renal, ambos títulos de la Universidad de Granada, en España. “La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de muerte en los pacientes con insuficiencia renal  rónica terminal (IRCT)”, explicó Pérez Abudc y aclaró que estos enfermos tienen una tasa de mortalidad cardiovascular de 10 a 20 veces  más alta que la población en general. “El incremento en el riesgo cardiovascular de los pacientes con Insuficiencia Renal Crónica  terminal es multifactorial y, en parte, debido al desarrollo de la calcificación de la capa arterial media o mediocalcinosis”, señaló la investigadora.

Los pacientes en hemodiálisis están predispuestos a presentar calcificación vascular en forma acelerada y temprana. “La primera causa de mortalidad de la población con enfermedad renal crónica, en terapia renal sustitutiva, es la calcificación en el endotelio vascular,” aseguró la Dra. Pérez Abud. Explicó que “la matriz proteica Gla dependiente de vitamina K es uno de los inhibidores más potentes de
calcificación vascular y en los pacientes renales está inactiva”.

La investigación abordada en la UCASAL, con destacados profesionales, les permitió comprobar que “el suministro de vitamina K2 en pacientes con IRCT y en proceso de diálisis, retrasa la aparición de patologías asociadas a la calcificación vascular y mejora la calidad de vida de estos pacientes”.

Apunta la líder del proyecto que “la vitamina K2 es un inhibidor de la calcificación vascular. En los estadios finales, el paciente presenta osteodistrofia de origen renal, que consiste en una alteración del metabolismo del calcio y del fósforo y un imbalance de la glándula paratiroidea”. Así, el calcio, en vez de estar en el hueso se encuentra en el vaso sanguíneo, o sea, en una arteria y provoca un trombo, el cual puede estar calcificado, una interrupción del flujo sanguíneo por la formación de un coágulo, con lo cual el paciente renal termina en un evento cardiovascular, como un infarto agudo de miocardio o un accidente cerebro vascular; lo que se busca es evitar eso o hacer más lento ese proceso”. La vitamina K inhibe la acumulación de calcio en las arterias, presenta la ventaja de no ser un fármaco y mejora  sustancialmente la calidad de vida del paciente.

El Estudio 

Es un estudio prospectivo, aleatorizado, doble ciego; se diseñó según el marco ético de referencia para investigaciones biomédicas de la
Declaración de Helsinki y se realizó en el centro de hemodiálisis CEDISA (Centro de Diálisis Salta).

El protocolo del ensayo fue aprobado por el comité de ética de la Universidad Católica de Salta y se hizo bajo el consentimiento  informado por escrito de todos los pacientes que estuvieron de acuerdo en participar y cumplían con los criterios de inclusión antes de la inclusión. Los sujetos del estudio fueron divididos en dos grupos: Brazo 1, a quienes se administró 1000 μL de suero
fisiológico o placebo y el Brazo 2, o grupo tratado, con 1000 μL conteniendo 1000 mg de Vitamina K2. Como parte de la prueba, estos datos no fueron informados al técnico de laboratorio al momento de su intervención.

La vitamina K2 se administró tres veces por semana al finalizar cada sesión de diálisis, para evitar que se pierda por la membrana de ultrafiltración (a fin de utilizar el mismo acceso de la diálisis) por vía endovenosa para asegurar su biodisponibilidad.

Dentro de las determinaciones de laboratorio mensuales de rutina se incluyeron las de vitamina K, antes, a mitad y al finalizar los 6 meses de tratamiento. El equipo de investigación estuvo liderado por su Directora, la Dra. Rocío Pérez Abud, e integrado por el Dr. Sergio Ricardo Tamayo, cirujano cardiovascular, especializado en la Universidad Louis Pasteur de Strasbourg (Francia), quien es director de la Escuela de Ciencias de la Salud de la UCASAL; María Fernanda García Bustos, doctora en Medicina por la Universidad de Buenos Aires y profesora adjunta de la cátedra Fisiología de la Licenciatura en Kinesiología de la UCASAL; la lic. en Nutrición, Cecilia Singh,
becaria del proyecto y docente auxiliar de la Cátedra de Fisiología de la Licenciatura en Kinesiología de la UCASAL; la Dra. Rosemary  angensteen, bióloga y doctorada en Neurocirugía y Neurociencias; y el Dr. Ricardo León de la Fuente, investigador Adjunto del
Conicet.

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