DANZA CONTEMPORÁNEA, UNA ACTIVIDAD EN CONSTANTE CRECIMIENTO

 Por Emilia Altafini

A partir de una reacción a las formas tradicionales y rompiendo con cánones de la danza clásica surge este lenguaje corporal, auténtico, encantador, reflexivo y crítico en permanente crecimiento llamado Danza Contemporánea. Se trata de un arte que cautiva al verlo gracias a sus temáticas y estéticas diversas. Promueve una constante investigación del movimiento propio, no va en búsqueda de un cuerpo determinado o ideal porque reconoce que todos poseemos diferentes anatomías y vivencias. Motiva a mejorar, a explotar lo mejor de cada uno, desarrollando consciencia sobre nuestra corporalidad. Busca que no se divida la capacidad física o mental, sino que estas simplemente accionen juntas sin nivel de jerarquías. Activa una mayor percepción del espacio, del tiempo, de la vida,
de las emociones, sensaciones y estados corporales, por lo tanto cualquiera que se anime puede practicar este arte tan liberador, conmovedor y desafiante.

Ahora vamos a adentrarnos en la composición coreográfica dentro de la escena de danza  contemporánea que tanto apasiona, intriga, y provoca sensaciones mientras uno esté dispuesto a sentir. Una característica esencial de esta danza es que no recurre a una historia narrada de manera lineal o a personajes establecidos. Se suele generar una apertura de sentidos a través de movimientos o materiales escénicos que puedan quedar librados a la imaginación del espectador, ya que se valora su subjetividad.

Lo más desafiante de llevar a cabo en esta disciplina es que el intérprete o bailarín debe entregarse a la creatividad y a la escena en cuerpo, mente, piel, memoria sensitiva, vivencias, percepción del espacio, cansancio extremo, propia interpelación, etc. Es impactante porque provoca pasión por la reflexión corporal, emocional, de hábitos, etc.

La danza contemporánea está atravesada por contextos históricos, políticos y culturales. Gracias a la información brindada por Sandra Reartes, reconocida coreógrafa, pionera y hacedora de la danza en Salta, Ana Represas, egresada del Taller del San  Martín, y Karla Bauch, bailarina e intérprete destacada, podemos percibir que en nuestra provincia tenemos diversas escuelas históricas que fueron formando el estilo de danza contemporánea salteño y desarrollando diferentes calidades de movimiento e ideas conceptuales. Es por esto que hoy tenemos cada vez más espacios de creación independiente como Espacio Abierto en Alexander Ananiev, El Teatrino, presentaciones en fundaciones y también tenemos compañías como la de danza contemporánea de Sandra Píccolo, Compañía Tipas, Compañía T, encuentros organizados por Alma Cannobio y Exequiel Ramos, referentes importantes de la danza contemporánea y danza teatro.

Tenemos, por ejemplo, la compañía Impulso de la cual Karla Bauch nos comenta que trabaja para explotar el registro corporal innato y personal que tenemos desde el nacimiento, con un concepto más funcional, activo, entretenido y disfrutable. Por otro lado, tenemos la compañía DC dirigida por Sandra Reartes. En la obra Renitencia participa Ana Represas, quien nos comenta que el proceso se basó en las percepciones de la piel, en vivencias, en la sensibilidad humana, y contiene un acercamiento a una composición conceptualmente más dramatúrgica.

Karla Bauch durante la entrevista plantea que en el norte cada vez hay más grupos, lo que genera un total crecimiento, y como son independientes no tienen una temática única ni limites creativos. Afirma que los espacios de creación y reflexión existen. Asimismo, Ana mencionó la necesidad de una unión de las danzas y de transmitir que, a pesar de las diferentes metodologías, si todos  tiran para el mismo lado van a crecer uniéndose desde la parte sensible. Planteó que durante sus clases posee la ambición de que crezcamos como sociedad, valorando lo real para poder sincerarse con uno mismo y, por último, recordó una frase de un maestro a lo largo de sus estudios: “El bailarín es bailarín a través de la vida, mientras más vida y experiencias tengas, más artista vas a ser, mejor vas a poder interpretar, y vas a poder crecer”.

Para finalizar, me gustaría reconocer que la danza nos recuerda que todo el tiempo somos desde nuestro cuerpo vivo que se mueve, que siente, que piensa, nos recuerda que  existe la memoria de la piel, de los músculos, de los huesos.

Nos ubica temporalmente en La consciencia del aquí y ahora. Es por esto que a veces es terapéutica. En tiempos actuales a veces es muy difícil vivir en el presente, muchas veces pensamos más en lo que vamos a hacer mañana en vez de disfrutar la acción que estamos llevando a cabo, pero este arte no permite más pensamiento que el del presente. La danza es un cuerpo siendo poesía.

Foto: Araceli Toledo, Obra “Hidra”

 

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