Sierra Burgess es una Loser (2018) se estrenó recientemente en Netflix. Las reacciones han sido, en su mayoría, positivas y, en una reseña escribiríamos detalladamente por qué es una de las mejores películas para adolescentes del año. Aunque muchos sectores piden que la película salga del catálogo por estigmatizar la adolescencia.
Por: Alexa Guerrero
Sierra Burgess is a Loser toca temas actuales y relata cómo suelen ser algunas relaciones a cierta edad. Sin embargo, no se trata sólo de eso, pues a pesar de que todo el drama se centra en la escuela, también podemos conocer un poco más de la historia de los personajes, lo cual agrega complejidad a la historia.
Además de mostrar el romance adolescente tal y como es, la peli también tiene algunos momentos incómodos, con los que seguramente te identificarás.
En una época en la que las apariencias suelen ser lo más importante, es refrescante ver que el personaje principal es una chica como todas nosotras y, además, es plus size.
En ningún momento vimos ningún estereotipo de la típica chica gorda caer en la protagonista Sierra Burgess, lo cual es completamente refrescante de ver.
Además, un aspecto de la trama demuestra cómo las apariencias al final de cuentas no importan tanto, mientras seamos nosotras mismas.
Muestra el tipo de chico que vale la pena
Sin romantizar completamente el mínimo esfuerzo que a veces le aplaudimos a los chicos por hacer, Sierra Burgess is a Loser muestra un tipo de chico específico, el cual es algo difícil de encontrar (incluso creer que exista).
Pero, al menos subió un poco nuestras expectativas a la hora de buscar un chico, pues en la peli vemos al prospecto amoroso como un chico tierno, lindo, inteligente y que se interesa en ti por quién eres y no por cómo luces.
Si bien no es la mejor película de todos los tiempos y dudamos que se lleve algún Oscar (seamos realistas), es una peli muy refrescante de ver, pues vemos a la chica mala crecer como persona, ver cómo el chico más guapo se enamora de una chica por su mente y no por su apariencia y, además, es inclusiva sin que sea súper obvio.