Llegan los fríos y es recurrente en la consulta la preocupación por mantener el peso estable. Las necesidades de energía diaria que nuestro organismo necesita no varían demasiado según la estación del año.
Es cierto que se requiere un plus de calorías para sobrellevar las bajas temperaturas, pero también es cierto que en esta época del año solemos pasar más tiempo en lugares cerrados y con calefacción. Por lo tanto, el frío no debería ser un factor que nos lleve al aumento de peso.
¿Mantene r el peso en el invierno es posible?
¡Claro que sí! Teniendo en cuenta ciertos tips podemos lograrlo:
•Es fundamental fraccionar el día en 4 comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Esto promueve el gasto calórico y evita los atracones, permitiendo a su vez una mejor digestión.
•En cuanto a la selección de alimentos es importante que los platos cuenten con vegetales en una gran proporción. Se pueden seguir eligiendo ensaladas como en el verano, pero con ingredientes tibios, como verduras grilladas, asadas o cocidas al vapor. Utilizar los mismos vegetales para preparar sopas, tartas, guisos, cazuelas, cremas, budines, hamburguesas, tortillas, lasañas, wok, vegetales rellenos y gratinados. Consumirlos acompañados de carnes magras, pescados, huevos o lácteos descremados es una buena opción que brindará más saciedad.
•CEREALES Y DERIVADOS: Incorporar cereales integrales. Son fuente de fibra, fitonutrientes, antioxidantes, vitaminas, minerales y energía duradera y disponible. Es recomendable consumirlos siempre combinados con verduras.
•Una buena incorporación a nuestra alimentación es la QUINOA, seudocereal de excelente calidad nutricional que comparada con otros alimentos del reino vegetal se destaca principalmente por su calidad proteica.
•Nuestro PAN de cada día… lamentablemente demonizado en estos tiempo. ¿Es necesario dejar de lado un alimento que forma parte de nuestros hábitos y costumbres y que produce placer al consumirlo? ¡Por supuesto que no! La clave está en la dosis diaria que se incluya, en preferirlo integral y en combinarlo con proteínas (queso, leche, huevo) para lograr mayor saciedad.
•Consumir frutas, aprovechar las de estación y los cítricos, ricos en vitamina C que fortalece la función inmunitaria.
A veces cuesta incorporarlas diariamente, una buena opción es preparar postres a base de frutas asadas, en compota, y acompañarlas con una cucharada de queso blanco descremado batido con esencia de vainilla y edulcorante.
•Frutos Secos y desecados: buena opción, pero controlando las cantidades ingeridas.
•ACTIVIDAD FISICA: Los días fríos nos llevan a disminuir la actividad física. ¡No la abandones! Es fundamental en todas las épocas del año y en todas las épocas de la vida. Es cierto que en invierno cuesta un poco más arrancar…, pero es mayor el bienestar que se consigue después de realizarla. Tiene innumerables beneficios para la salud integral: ayuda a mantener niveles normales de lípidos sanguíneos (colesterol, triglicéridos), de azúcar en la sangre, de la presión arterial, que los huesos incorporen calcio, previene afecciones cardiovasculares, disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas… ¡Además de todo eso nos hace felices! Porque libera endorfinas, sustancias que nos hacen sentir placer y disfrutar de la vida.
En fin… No hace falta esperar la llegada del calor para cuidarnos recurriendo a dietas extremas y recursos poco saludables. Se puede conservar buenos hábitos todo el año, es necesario ser conscientes de los beneficios que esto implica.
Por Cecilia María Abeleira – Licenciada en Nutrición – MP 036. Consultorios Mater, 12 de octubre 254. Teléfono: 4220601. www.matersalta.com