Por Dr. Eduardo A. Bustos
MP 3745 – MN 127553 -MAAC- MAOF – FACS
Esp. Cirugía Gral. – Esp. Emergentología
Esp. Cirugía Plástica y Reconstructiva – Cirugía Mininvasiva y Laparoscópica
CIOS – Apolinario Saravia 308 – TE 0387 4313813
DIFERENCIAS ENTRE LIPEDEMA Y LINFEDEMA
Hasta hace poco no se conocía bien el concepto del lipedema, también
llamado enfermedad de las piernas gruesas, y tendía a confundirse con la
celulitis o englobarse en un vago concepto de lipodistrofia.
A las mujeres que lo padecen se les insiste en intentar adelgazar, pero
realmente no mejoran nada perdiendo peso, y deben sufrir el tener las piernas deformadas y con dolores (típico del lipedema)
El desconocimiento hace que pasen muchos años desde que se inicia
(típicamente desde la pubertad) hasta el diagnóstico, con el sufrimiento físico y emocional que esto supone. Casi un 10% de las mujeres en diferentes grados sufren de esta patología.

DIFERENCIAS LIPEDEMA-LINFEDEMA
Lo primero es distinguir el lipedema de otras patologías, especialmente del
linfedema. Lipedema y linfedema son patologías que suponen inflamación en brazos y piernas, sin embargo, el linfedema es un problema de los vasos
linfáticos, en cambio, el lipedema no tiene alteración de los vasos linfáticos (al menos no al principio), se trata de depósitos de grasa subcutánea, casi
exclusivamente en miembros inferiores (y a veces también en brazos) y casi exclusivamente en mujeres.
EL LINFEDEMA
Es un trastorno de los vasos linfáticos espontáneo / primario (10% de los casos) o secundario (linfadenectomías en el tratamiento del cáncer, por ejemplo en el de mama o próstata, o postraumático), que afecta brazos y piernas, pudiendo asociarse o predisponer a infecciones severas de tejidos blandos. Su tratamiento consistente en drenaje linfático a cargo de fisioterapeutas, y en algunos casos puede ser susceptible de cirugía. El linfedema empeora con la obesidad, y, de hecho, la obesidad mórbida puede causarlo.

EL LIPEDEMA
Determina depósitos patológicos de tejido graso en miembros inferiores (a veces también en brazos) y ocurre de forma espontánea, sin tener causa distinta a la hormonal y genética. Generalmente simétrico, nunca afecta a los pies ni a las manos, a veces deja como un anillo en tobillos o muñecas. No se relaciona con la obesidad, pero empeora con esta, y no mejora al perder peso, de hecho, pueden sufrir lipedema tanto las mujeres delgadas como las obesas. Nunca aparece antes de la pubertad, pero puede aparecer o agravarse tras embarazos, la menopausia o alguna intervención ginecológica.
Mejora con tratamientos como el drenaje linfático, presoterapia, uso de
medias compresivas y, especialmente, con la liposucción.
Según su severidad establecemos cuatro estadios, que se ven igualmente en
brazos si están afectados:
Estadio I
Forma tipo “pera” o cartuchera, con piel lisa y uniforme, puede tener alguna textura tipo piel de naranja al pinzarla, palpándose el tejido subcutáneo espeso pero blando. Puede haber alguna irregularidad en cara interna de muslos y rodillas.
Estadio II
Cartuchera evidente, con superficie cutánea con nódulos de diferentes tamaños tipo acolchado, se conoce como “síndrome del edredón”. El tejido subcutáneo aún es blando aunque más espeso. Suelen aparecer importantes acúmulos de grasa en la parte trasera de la rodilla.
Estadio III
El tejido subcutáneo ya es duro, hay gruesos rodetes de grasa deformes en la cara interna de muslos y rodillas, frecuentemente por heridas de frotamiento o roce, también a veces rodetes o colgajos que caen sobre los tobillos, posición en X de las piernas por deformación postural de las articulaciones.
Estadio IV
O lipolinfedema. Ahora el acúmulo tan notable causa obstrucción de los vasos linfáticos y lindefema.

DIAGNÓSTICO DEL LIPEDEMA
Es esencialmente clínico, junto a la historia de la paciente:
Aparece simétrico en ambas piernas, y en un tercio de los casos también en los brazos.
Nunca afecta los pies o las manos.
Es doloroso. Provoca dolores espontáneos tipo sensación de hinchazón, otras es dolor a la presión o incluso al tacto. Los dolores se agravan con la retención de líquidos a lo largo del día. Es diagnóstico hacer un pinch-testo pellizco en piernas, que será muy doloroso, frente a otro en abdomen o espalda, que no lo será. El dolor del lipedema depende más del líquido retenido que del volumen de grasa.
Fragilidad capilar, que hace que sean muy habituales los hematomas ante el mínimo golpe o presión.
Retención de líquidos a lo largo del día, aún mayor si hace calor o si se está mucho de pie.
No mejora con la pérdida de peso, adelgaza todo menos las zonas con lipedema.
Deformidad corporal, con marcada desproporción en caderas y piernas respecto al resto del cuerpo, tanto en pacientes con sobrepeso como delgadas.
La piel se ve como nodulosa, acolchada, diferente de la de otras partes no
afectadas. Sin embargo es blanda, salvo en el estadio III, de forma que la presión no deja fóvea, no queda marcada.
Es típico en mujeres delgadas y deportistas que puedan tener los músculos bien definidos, por ejemplo en abdomen, y que en las piernas no se les marque nada por la grasa suprayacente.
La piel de las caderas suele estar fría, a veces toda la pierna.
Es imprescindible hacer un diagnóstico diferencial de otros tipos de
patologías, como la hipertrofia grasa de las extremidades, las adiposidades
localizadas (tipo ginecoide o pera), el linfedema, el edema venoso, etc.
TRATAMIENTO CONSERVADOR
Sabemos que no responde a dietas ni a ejercicio, aunque siempre se
recomendará el control del peso, pues el sobrepeso empeora la presión de la grasa bajo la piel. Tampoco responde a diuréticos, ni mejora con el reposo con piernas elevadas.
Ninguna medida conservadora es permanente, las pacientes deben realizarse estos tratamientos de forma periódica, siempre. Se trata de tratamientos drenantes, muy en especial el drenaje linfático manual, aunque también pueden ayudar técnicas como la presoterapia (menos eficaz que el anterior).
Se recomienda también el uso de medias de compresión la mayor parte del día, incluso haciendo deporte, que, además de mejorar el drenaje linfático, podrían retrasar el crecimiento de las células grasas.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Es el único que a decir verdad sirve. Consiste en reducir el volumen del tejido graso mediante liposucción.
Solo en estadios iniciales se podrá hacer el tratamiento en una sola sesión. En casos avanzados, es decir, ya a partir de un estadio II, será preciso planificar varias sesiones en función de los volúmenes a extraer y zonas a tratar.