
Por su familia, descubrió lo que llevaba bien adentro, ya que el arte siempre fue un recurso para los que la rodean. Ella buscó la forma de hacer su propio camino y encontró en los murales su forma de expresarse.
Por Gabriela Parentis
Su nombre es María Mansueto. Tiene 39 años, está casada y tiene dos hijos: un varón de 13 años y una mujer de 9. Es maestra jardinera, profesión que ejerce desde hace cinco años, aunque el arte y los pinceles son su oficio por excelencia. “El arte me apasiona, me traslada, me tranquiliza, me relaja. Si alguna vez tengo un mal día, agarro los colores y me baja las revoluciones. Es mi cable a tierra”, asegura.
En una entrevista con Revista abc, en la que charló de todo, esta amante del arte y los murales nos contó cómo nació esta afición por la que hoy transforma habitaciones ordinarias en espacios inspiradores. ¡No podés dejar de conocerla!

“Mi encuentro con el arte empieza desde que nací, digamos que lo llevo en la sangre. La mía es una familia de artistas: mi tío expone en Europa, mi papá y mi tío son arquitectos, y tengo primas artistas. Respiro arte desde que llegué al mundo, mi papá pintó una pared de mi cuarto con los dálmatas de Disney y después las de mis hermanos con superhéroes y distintos personajes.
Siempre me dediqué al arte por más actividad paralela que haya tenido. Mi mamá guarda de recuerdo mis cuadernos de matemáticas de primer grado porque al lado de cada suma realizaba una ilustración. Cuando tenía 10 años me dediqué a vender tarjetas navideñas y con lo que gané me compré un par de zapatos. Más adelante, me dediqué a trabajar con porcelana fría (el modelado me ayudó muchísimo para aprender a observar y lograr efectos en 3D), puse un taller donde dictaba clases de modelado a niños y también a adultos. Después incursioné en el rubro infantil con decoración de fiestas y cuartos. Esos fueron mis primeros trabajos con murales.

Siempre voy a dedicar mi vida al arte porque lo llevo en la sangre. Gracias a Dios es una actividad que me puede acompañar a todos lados y todo el tiempo”.
Durante esta carrera que comienza varios años atrás, María guarda el recuerdo de sus primeras creaciones. Respecto al muralismo, pintó el primero cuando iba al colegio. Lo hizo en su cuarto con todos los personajes de Disney (hasta el día de hoy todas sus amigas lo recuerdan). Si hablamos de otras expresiones artísticas, tiene registro de su primer dibujo a los 2 años, guardado por su mamá. Hizo un niño con todos los detalles hasta los dedos y los botones de la camisa, nos comenta.

Con los años llegaron las definiciones, ya que hace años pinta murales. Nunca se dedicó a ello como una profesión, ni lo explotó, recién en estos meses en los que la pandemia golpeó al mundo, ella pudo dedicarle tiempo y afianzarse como emprendedora. “La cuarentena impactó al cien por ciento en mi vida, ya que fue cuando surge este nuevo proyecto como oficio. En el aburrimiento de esos días me dediqué a pintar las paredes que quedaban en blanco de mi casa. Luego subí a mi Facebook un video en cámara rápida mostrando cómo lo hacía. Me sorprendí al ver que empezaron a compartirlo, a comentar y empecé a recibir mensajes de mucha gente que no conocía. Mi cuñada me propuso armar una cuenta de Instagram y subir todos mis trabajos: los más viejos y los realizados en ese tiempo. Al día siguiente empecé a recibir encargos y desde ese momento no tengo un solo día sin un mural para pintar”.
Para María, esta artista autodidacta, la pintura es sin lugar a dudas una actividad para recomendar, “no hace falta tener técnica, solo con voluntad se logran resultados fantásticos. Prueben como terapia porque ayuda mucho, ¡se van a sorprender!”.
Este año, en el que pudo pintar muchísimo más y conectarse con el proceso creativo, se fue redescubriendo, y sobre esto detalló: “Estoy pintando mucho todo lo referido a lo botánico: plantas, hojas, aves, animales. Se usa muchísimo. Voy por la calle y voy observando las formas de las hojas de los árboles, su movimiento y colores. Busco ilustraciones del elemento que tenga que pintar, lo analizo y realizo las composiciones.

Igualmente lo que en realidad me gusta y atrapa es todo lo relacionado a lo infantil: cuartos de bebés, personajes de dibujitos, etc.”.
Particularmente sobre los murales y su trabajo aclaró que siempre busca marcar la diferencia con un servicio personalizado. “No hago boceto; partiendo de un referente de imagen y colores voy creando mientras lo realizo, lo que también está buenísimo, porque los clientes ven el proceso y se puede modificar y agregar sobre la marcha. Muchas veces tienen una idea inicial, que van modificando al ver el proceso. Cuando se trata de algún personaje que tiene que salir igual, lo dibujo previamente en papel, realizo una cuadrilla y luego lo traslado en la pared a gran escala”.
“El mural es muy versátil, una pequeña intervención cambia el espíritu del ambiente. Con un mural le otorgás carácter al lugar, cada uno tiene la impronta de su dueño. A través de la pintura podés transmitir sensaciones, de acuerdo a eso los colores que voy a usar para cada ambiente: que transmita tranquilidad en un cuarto u oficina, o alegría en una sala de juegos o un local.

Tiene muchas ventajas, se puede realizar en exteriores: galería, balcón, pileta. Si te cansa después de un tiempo, se puede modificar, hacerlo evolutivo, modificar colores en función de los accesorios de decoración, y si no, lo pintás por arriba y volvemos a empezar, sin mayor costo, ni esfuerzo. ¡Además es limpio, rápido y exclusivo!”.
“El secreto es prestar atención a las necesidades del cliente. En general, la mayoría tiene una idea de lo que quiere, ya sea con base en algo que quieren transmitir, en los gustos de cada uno o en la decoración del ambiente. Por más que vengan con una foto de algo que hice y lo quieran igual, siempre hay una diferencia en el color o distribución que lo hace único, solo de ellos. La reacción en sus caras cuando termino me sirve de indicador para reconocer que lo logré”.
En el intercambio con los clientes asegura que a la gente le llama mucho la atención que pinte sin dibujar antes, que realice los diseños a mano alzada. También, el hecho que pinte un mural por día, claro está que los hace rápido. Y otra cosa es que pinta sin manchase, sin lugar a dudas tiene habilidad nata.
Todo artista tiene anécdotas de encargos sorprendentes y María también tiene el recuerdo de los suyos: “Lo más original que me pidieron es que dibuje la cara de Freud en la luna (que se identifique, pero no a primera vista). También pareció original pintar en el cuarto de un bebé la mascota de unos papás primerizos, volando en un globo. Y lo más raro fue pintar en vivo un mural que tenía que terminar en cuarenta minutos, con cámaras que filmaban mientras me hacían preguntas”.

Esos primeros observadores que encontró en las redes sociales fueron los que alentaron su obra y la animan a seguir por este camino. “El público es muy amplio, en las redes me siguen desde niños pequeños a quienes les gusta pintar, hasta decoradores artistas, arquitectos, gente que disfruta de la decoración. Una vez me crucé con un señor mayor mientras pintaba un bar. El señor se sentó a mi lado y me contó que lleva el lápiz en el bolsillo y lo acompañará siempre. Ese mensaje me encantó, todos los días aprendo cosas nuevas de gente que voy conociendo.
Me sorprendo todos los días. En cada lugar que visito me reciben con mucho afecto, con pequeñas atenciones, con palabras cariñosas. Nunca imaginé recibir todo lo que me brindan por mensaje, las palabras de aliento, y que me digan que los inspiro para animarse a pintar es lo mejor que me puede pasar.
Ni hablar la satisfacción que me produce el saber que soy motivo de orgullo para mis hijos”.
Mientras va pincelando su propio universo, María propone una galería virtual en su cuenta de IG (@mariamansuetomurales) imperdible. El arte no es solo su cable a tierra, sino una forma de animarse a lo desconocido, por eso busca desparramar su energía y colores por todos los rincones posibles. “El arte me marca el camino. Quiero disfrutar de esto que se me presentó sin planear. Y ojalá que pueda seguir creciendo y aprendiendo mucho más”.