ALIMENTACIÓN SALUDABLE
Por Cecilia María Abeleira
El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Por medio de una serie de pasos, el cuerpo combate y destruye organismos infecciosos invasores antes de que causen daño. Es decir que cuando nuestro sistema inmunológico funciona adecuadamente, se encarga de combatir a los virus, bacterias o cualquier otro organismo infeccioso que amenace nuestra salud.
En este sentido es fundamental llevar una alimentación adecuada que posibilite que el sistema inmunitario trabaje eficientemente.
Una correcta y equilibrada alimentación participa y mejora la inmunidad natural del organismo.
VITAMINAS A, D, E, C Y DEL COMPLEJO B, MINERALES como el Zinc, el Selenio, el Hierro y PROBIÓTICOS son elementos clave en este proceso.
Hablemos de alimentos que los contienen:
Vegetales como el BRÓCOLI que aporta numerosos minerales y vitaminas, entre las que destacan la A, C y E, además de antioxidantes y fibra. La mejor manera de obtener todos sus nutrientes es cocerlo al vapor e incluirlo por lo menos 2 veces por semana.
AJO: es rico en antioxidantes y zinc.
ESPINACA: fuente de vitamina C, antioxidantes y betacarotenos. Hay que hervirla muy poco para aprovechar de la mejor manera posible sus beneficios.
Legumbres como la SOJA, las LENTEJAS y el POROTO.
Los cereales integrales como la AVENA, el ARROZ, el GERMEN DE TRIGO (parte más interna del grano de ese cereal), los FRUTOS SECOS y los ACEITES (de oliva, girasol y de soja) son ricos en vitaminas del complejo B, E, Zinc, Hierro.
Los CÍTRICOS: limones, naranjas, pomelos, mandarinas y limas estimulan, gracias a la vitamina C, la producción de glóbulos blancos y, como el cuerpo no la produce ni la almacena por sí solo, es necesario ingerir alimentos que la contengan todos los días.
KIWI: Contiene folatos, potasio, vitamina K y C.
MORRÓN ROJO: Es una de las hortalizas más ricas en vitamina C. Tiene betacarotenos, muy recomendados para la salud ocular y la piel.
ALMENDRAS: Contienen vitamina E. Cabe destacar que esta es una vitamina liposoluble, lo que significa que necesita grasa para su absorción de manera adecuada. Las almendras, así como las nueces y otros frutos secos, tienen ambas cosas.
ARÁNDANOS: Tienen un compuesto flavonoide denominado antocianina, que les da su color oscuro, con propiedades antioxidantes y protectoras. Son especialmente valiosos para el sistema de defensa del tracto respiratorio y genitourinario.
CARNES BLANCAS, como la del POLLO, tienen mucha vitamina B-6: 100 gramos de carne aportan entre el 40% y el 50% de la dosis diaria recomendada.
Los PESCADOS, sobre todo el SALMÓN, el ATÚN y la CABALLA, son ricos en ácidos grasos Omega-3.
El QUESO y el HUEVO tienen selenio, mineral fundamental que actúa en el proceso inmunitario.
PROBIÓTICOS
El yogur y las leches fermentadas, como el kéfir, tienen valor probiótico, que significa “a favor de la vida”. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son capaces de regular la respuesta inmune. Su función se centra en el intestino y actúan a través de una bacteria llamada Lactobacillus reuteri, que bloquea la multiplicación de los virus. En el caso del yogur, también tiene vitamina D. Conviene ingerir el que no tiene azúcar agregada.
En definitiva, como podrán ver, hay muchos nutrientes que participan en el normal funcionamiento del sistema inmune. Por lo tanto, resulta conveniente llevar una alimentación completa, armónica y variada que incluya alimentos de todos los grupos (hortalizas y frutas, carnes en general, lácteos y derivados, huevo, cereales y legumbres, y aceites vegetales) y no olvidarnos de ingerir abundante cantidad de agua.
Por Cecilia María Abeleira – Licenciada en Nutrición – M.P. 036 – Consultorios Mater. 12 de octubre 254. 4220601 – www.matersalta.com