Crónica indomable
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Soledad Bonzi, salteña, madre, esposa… Pionera y referente indiscutida de las maratones de calle, hizo 42 kilómetros en 3 horas 05 minutos, la dedicación y el esfuerzo conducen a la victoria. Ejemplo de mujer, digna de imitar. Conoceremos desde adentro una de sus experiencias en la Maratón de Boston.
Corrí la maratón de Boston 4 veces, en el 2013, 2014, 2015 y 2016.
También corrí una media maratón allí en el 2017. Sin dudas es mi maratón preferida. De las SixMajors (Berlín, Londres, New York, Tokio y Chicago) es la única que se corre de punta a punta. La salida es en Hopkington (a 42 k de Boston) y la llegada es en Boylston Street, en el corazón de Boston. La maratón se corre desde el año 1897 ininterrumpidamente un día lunes, feriado por el Patriot ́s day. Es una carrera que no arranca tan temprano como la mayoría y que tiene un clima absolutamente impredecible (¡la he corrido con calor y con -3 grados!). Es la maratón clásica, el sueño de todo corredor. Para poder participar hay que calificar por tiempo, y últimamente los estándares de tiempo no son suficientes para poder calificar, ya que los corredores que se inscriben tienen tiempos más bajos que los requeridos y de esa manera bajan los tiempos de calificación aún más, marcando una nueva clasificación. Se anotan aproximadamente 35.000 corredores.
Boston vive para su maratón. Ese fin de semana largo de Abril, la ciudad palpita los 42 km, restaurantes, negocios, hoteles, todo está empapado por la maratón.
La organización de la carrera es inmejorable, esto se ve en los más de 30.000 corredores que hay que trasladar desde Boston hasta la salida en Hopkington. Transportes escolares (amarillos) salen desdeelCommonPark,apartir de las 6 am llevando a todos los participantes.
Los corrales de la largada están organizados por tiempos a cumplir en la carrera y son muy estrictos, hay que probar que se corre a ese ritmo. Esto hace que empieces y termines los 42 k casi con la misma gente, ya que todos van al mismo ritmo. No hay pacers.
Corrí por primera vez en el 2013, el año de los atentados. Si bien terminé bastante antes delasbombas,fueunacarrera que se quedó grabada en mi vida. Al año siguiente volví a correrla y logré mi mejor marca 3:05:10.
Boston es una carrera dura, se necesita estrategia, es una carrera para correrla con la cabeza desde el principio hasta el final. Hay que ser prolijo, cerebral y no entusiasmarse en la largada, ya que comienza en bajada. Los primeros 21 km son ondulados. Acá ves a mucha gente agarrotada y con las piernas doloridas por no haberse controlado al principio. En el km 30 (cuando se empieza a sentir la falta de glucógeno) empiezan las subidas y en el km 35 está la famosa Heartbreak Hill, una subida de más de 1 km.
En el 2014 me sentí muy bien durante toda la carrera, y si bien había largado algo rápido, me di cuenta que ese día podía apretar.
Habían sido 4 meses de entrenamiento muy duros, pero los resultados estaban haciéndose notar. Disfruté todo
el recorrido, cada km, rodeada de bosques y de multitudes arengando. Tomé mis 4 geles de rutina, seguí y seguí.
Cuando vi mi tiempo en el reloj me quedé asombrada…. 3:05:10…. Sin padecer, sin muro…. La idea era ir a hacer 3:10/3:12… y terminé en 3:05 impecable, feliz. Quizá para muchos esa diferencia de 5 o 7 minutos no sea nada, pero en 42 k es una vida.
No termino los 42 km dándolo todo, me genera un poco de temor. Es como que siempre me guardo un poco de resto. Necesito sentir que aprieto los dientes pero que me queda algo, que puedo terminar entera, disfrutando.
La llegada es en Boylston Street, llena de banderas, de gente arengando, de música. Realmente mágica.
Viviendo en Salta, tierra del trail running, y habiéndome iniciado en esta modalidad me cambié a las carreras de calle, me enamoré de los 42 k, del entrenamiento, del ambiente.
Siento que cuando corro un maratón, muestro quien verdaderamente soy, una mujer disciplinada, luchadora, mental, constante, resiliente.
Para mí los fondos largos y las carreras largas son como una gran meditación, donde me encuentro con mi esencia, siento que fluyo….
Tuve carreras que salieron fáciles y otras en las que tuve que apretar los dientes y pelearlas, pero los 42k son como la vida misma, con alegrías, sufrimientos, molestias….