La artista Guadalupe Plaza Petersen presentó en el Museo de Arte Contemporáneo de Salta su exposición “de(s)amor”, una serie de fotografías, trabajo de 7 años, en la que narra a través de secuencias su historia, autobiográfica y la intemporalidad de la dinámica individual con una impronta que va más allá del documental y que explora elementos de lo irreal, de ensoñación y de lo fantástico.
En esta presentación la artista explica que hizo una exploración personal con cierta fragilidad y ambigüedad intencionada, que habla del amor, del deseo, de la ilusión, del encanto, de la pérdida, del dolor y de los mandatos familiares, del caos y la necesidad de escapar.
De una niña cargada de expectativas que sueña con un ideal, una mujer que nunca es demasiado buena, que deviene en su imaginario y repasa su vida, sus estados, en contra del estereotipo y, a la vez, intenta conectarse paralelamente con este mundo real que sostiene, que invita, hechiza, que demanda, que a la vez es tan incierto, inseguro y abstracto.
Guadalupe nace en Salta el 15 de junio de 1979. Es artista visual y fotógrafa con especialidad en Artes Visuales, y fue becada por la Embajada de Indonesia. Dicta talleres de fotografía y arte contemporáneo en Cosenza, Italia. Estudia teatro, comunicaciones sociales, cursa seminarios, talleres y clínicas de Semiótica Audiovisual. Estética fotográfica, video arte y arte electrónico y nuevos medios.
Además, fue seleccionada a nivel nacional por la Fundación OSDE, becada por el Fondo Nacional de las Artes para el taller de Análisis y Seguimiento de obra. Realiza publicaciones para revistas como Time Out de Hong Kong, Inmersion Travel Mag, y Sevenseas.
Podés visitar esta muestra imperdible en el Museo de Arte Contemporáneo de Salta (MAC) ubicado en calle Zuviría 90.
Sobre la crítica:
En el ejercicio diario que hacemos los artistas, de reconocernos en imágenes que surgen muchas veces no sabemos bien de dónde, existe siempre la opción de saltar. De ceder al vacío. De darlo todo por algo que ni siquiera sabemos si existe. De renunciar al perdón por tan absurda tarea. De atesorar los dardos que aciertan a nuestra cabeza. Escalar el dolor. Desafiar la soledad, la pasión, el amor, la angustia, la alegría, para salir a su encuentro. Escalar la belleza como una cumbre maldita. El abismo frente al cual ya no podemos dar marcha atrás sin perder.
Guadalupe sin arneses
Sin paso preciso
Sin miedo
Alpinista
Atávica
Animal de cuento
Flecha astral
encomendando a la
terrenal condición
una única redención
posible.
Verónica García Lz