Por Felicitas Armanini
Personalmente me considero una gran fanática del invierno. Creo que cada vez somos más las que esperamos con ansias los adelantos, las tendencias y las colecciones de la temporada que se acerca.
El invierno nunca deja de sorprendernos. A diferencia del verano, los cambios en lo que se usa o se deja usar son mucho más marcados. Esta temporada otoño invierno 2021 no es la excepción. Notamos el retorno de muchas prendas y géneros que solíamos usar en nuestra adolescencia y que hace mucho estaban fuera del mercado.
Muchas veces nos pasa que vemos en las revistas y pasarelas internacionales prendas que jamás nos animaríamos a ponernos acá, en Salta. Este invierno nos invita a innovar, a llevar los grandes clásicos al extremo y a urbanizar muchas prendas que quizás consideramos imposibles de combinar, ya sea con nuestro estilo o con nuestra rutina. Después del 2020 tan extraño y de encierro que pasamos, considero esta temporada un gran momento para salir y ponernos todo lo que el invierno pasado quizás no pudimos estrenar.
Morfologías
Al igual que en el verano, tenemos dos estilos o líneas súper marcadas este invierno. Por un lado, la sastrería que se viene posicionando hace algunas temporadas, y, por el otro, el estilo más sweety y romántico.
Nos vamos a encontrar con trajes de líneas rectas y costuras bien marcadas, y con camisas con vuelos y cuellos baby. Con pantalones rectos y con pinzas, y palazos holgados y con caída. Tapados en línea A, con líneas súper puras y definidas, y maxi sweaters sueltos y de puntos abiertos y lánguidos. Si bien muchas veces las temporadas son eclécticas, este año considero estas dos líneas las principales en cuanto a morfologías.
La gran vuelta del corderoy.
Después de muchos años, vuelve el corderoy. Una tela ideal para la temporada de frío, súper cómoda y versátil. La vemos en pantalones tipo sastre, y ni hablar en el corte slouchy que fue furor este verano. ¡Los jumpers, que usábamos cuando éramos chicas, vuelven con todo! Una prenda que se puede combinar con poleras, remeras o hasta buzos abajo.
Los conjuntos de blazer y pantalón al tobillo también son un must de este invierno. Si bien asociamos los trajes al ambiente laboral, nada más canchero que combinarlos con remeras de algodón con estampa o unas zapatillas.
Estampados
El invierno pasado nos rodeamos de estampados florales y más estilo folk. Esta temporada nos sorprende con otra vuelta espectacular: príncipe de gales, pied de poule y cuadriculados. Nunca es mucho si de estampados hablamos. El estilo sastrero resulta el ideal para incorporar estos motivos, tanto en la gama de los grises, como en los escoceses o tartantes súper coloridos para las más jugadas.
Blanco o hueso
Si bien el blanco y toda su paleta fueron siempre considerados colores de verano, el invierno pasado comenzaron a asomar entre las más aficionadas a la moda. El blanco resulta un color sumamente combinable e ideal para dar luz a las prendas más oscuras por las que solemos optar cuando nos empieza a hacer frío. El total white o el blanco combinado con los colores tierras nos dan un resultado súper elegante e ideal para todas las situaciones de nuestro día. Es cuestión de animarse, no se van a arrepentir.
Verde esmeralda o verde botella
Si de colores hablamos, el verde esmeralda pisa muy fuerte este invierno. Un color que dejamos de ver, pero que vuelve con todo. En camisas, vestidos de noche y en prendas diarias, es un color que va con casi todos los tonos de piel y que resulta muy fácil de combinar con los tonos de la temporada.
El invierno es una estación que nos permite divertirnos y combinar. Nos permite mezclar estilo, colores vívidos, con colores tierra y más apagados: tapados de la abuela con camisas súper cancheras. Es todo cuestión de probar, de animarse y de aprovechar las capas de ropa para jugar.