Contanos un poco tu historia, ¿hace cuántos años llegaste a Salta?
Llegué a Salta en febrero de 2010. Yo trabajaba como productora en una revista impresa en Buenos Aires. Amaba lo que hacía y nunca me tomaba vacaciones, ¡casi que me obligaron esa vuelta! Es que aprendía muchísimo porque laburaba con profesionales tremendos (y exigentes jajajaa) como Andy Cherniavsky en su estudio, etc. Y cada vez podía aportar más de mí. Comencé siendo cadete, literal, llevando facturas a las agencias, y terminé como Directora de Producción. Ahí fue cuando sentí que el próximo paso era crear algo propio.
Y me vine de vacaciones con mi mejor amiga, una mochila enorme y mucha ropa deportiva para hacer trekking (jajaja caraduraaa). Anduve por Tucumán, Salta y Jujuy y acá me enamoré. Había escuchado que el norte era lindo, pero llegué a Cafayate y dije WOW, ¡no puede ser! Tenía todo: me deslumbraba en cada vuelta que daba. Había una energía espectacular entre la gente que me invitaba a quedarme y, además, era febrero: mucha gente de paseo y cada noche una guitarreada diferente. ¿Cómo no enamorarte, ¿no?
¿Cómo empezaste tu carrera como influencer y comunicadora en redes sociales en Salta?
El término influencer a mí me resulta polémico. Creo que va bien para personas con comunidades grandes ¿quizás? O que han generado algún tipo de autoridad en materia de algo específico. Yo me siento más una bloguera, porque lo mío es más algo autogenerado y que tiene el objetivo de contar las cosas desde una mirada particular: la propia. ¡Que ya de por sí está llena de matices!
Ese camino comenzó ni bien llegué, porque empecé a buscar trabajo en Salta en agosto de ese mismo año. En febrero me enamoré y en agosto ya estaba acá tirando currículums a full. Por un amigo, conocí a la directora de un estudio de diseño y comunicación, Marina Perri, que hacía la revista del Colegio de Arquitectos. Y me metí a full en su estudio, que además compartía casa con la Radio Dinamo; así que ahí conocí gente re mil copada con la que al día de hoy comparto muchísimo. Ellos fueron mis primeros amigos salteños (acá metería muchos emojis de corazón, pero la gráfica no nos lo permite aún).
Hasta ahí todo muy lindo, pero muy offline. Una chica de una agencia de prensa de Buenos Aires me dijo: «Te voy a conectar con una chica que conozco allá que es inquieta como vos y seguro van a poder trabajar juntas». Así conocí a Hortensia Arias, colaboré en su guía de novias como productora un tiempo y luego en destinovinos, donde fuimos socias junto con otras chicas. Luego de la guía en papel, surgieron las ganas del formato digital y salimos a venderlo y a contactar todo tipo de empresas y emprendedores del NOA.
En ese momento, junto con mi pareja, decidimos irnos a vivir a Cafayate. Y ahí comenzó para mí un vínculo más profundo con las empresas del mundo enoturístico. Pude ver de cerca las necesidades que tenían en materia de imagen y comunicación y tuve la posibilidad de acompañarlas en ese proceso de crear identidad, generar un espacio propio donde darse a conocer y crear comunidad, potenciales ventas, etc.
Cada paso dado lo recuerdo con tanto amor y agradecimiento con los primeros que confiaron. En Cafayate trabajé años en la Bodega El Tránsito, en Vasija Secreta, Piattelli y con Bodega Tukma con quienes sigo trabajando. ¡Son tan lindas las historias que hay en el Valle que te dan ganas de contarlas como sea!
Además, en Cafayate nació mi primer hijo, Tano, y ahí se transformó mi mundo otra vez. Pero bueno, me habías preguntado por la carrera de comunicadora y me fui por las ramas… Aunque pensándolo bien, siempre estuvo ligada a cada etapa de mi vida. Cada etapa influenció e influencia al día de hoy a la Guada comunicadora.
Desde que nació, Tano se transformó en mi compañero total (pobrecito jaajaja). ¡Vamos a todos lados juntos! Siempre bancando el trabajo de mamá jaja. Siempre pienso que ¡su nacimiento me dio mucha fuerza!
Al año de él, tuve ganas de volver a Salta. Me costaba un poco incorporarme o armarme un grupo «de amigos» o para salir en Cafayate. Si bien todos son súper agradables, no había forjado ninguna relación de amistad. ¡Y un poco me aburría, me parece! Ya no me acuerdo bien.
Volvimos a Salta, Tano fue creciendo y yo me fortalecí como bloguera, emprendedora y full mamá. Me conecté mucho con el rol de la mujer en ese contexto, me cayeron MIL fichas juntas, pensé mucho en mi vieja que es una ídola para mí. Y decidí abrir mi propio espacio digital con esa mirada, más femenina que otra cosa, honrando el camino recorrido por las mujeres, lo maravillosas que somos, la capacidad de crear red e impulsarnos que tenemos, de acompañarnos y levantar empresas al mismo tiempo que hogares. Heroínas totales.
Abracé ese concepto y así nació ladyfrenesi.com (a veces pienso en dejarlo solo en «lady» porque muchos me dicen que no entienden qué significa «frenesí», pero todavía no tomé la decisión. Es que «frenesí» es un estado de optimismo extremo, lo cual amo). Ya me olvidé que me preguntaste, ¡Ah! Cómo comencé, así, así nació lady. Y así fue creciendo y fusionando el trabajo para las empresas, que pasa por contar las historias y el corazón de cada una, con la mirada femenina que todo lo atraviesa.
¿Cuál fue la motivación?
Eso, la vida misma. Colaborar con otros en algo que a mí me fluye y aportar toda mi experiencia para que ese trabajo se realice con calidad. Sino, ni me subo al proyecto.
¿Cómo definís el contenido que compartís en tus redes sociales? ¿Tenés un enfoque específico o temas que te apasionan?
Bueno, lo femenino sin duda. Todo lo que colabore con el desarrollo profesional de las mujeres, lo que derribe creencias antiguas que no suman. Y contar historias. Soy apasionada de la cocina de la creación y producción de productos, ideas. Me gusta poner en valor el trabajo artesanal que desarrolla cada emprendedor y marca. ¡Y también compartir aprendizajes! Se suele creer que el comunicador que influencia lo hace por autoridad, por «sabiduría» en algún tema en particular. Pero a mí me gusta compartir el aprendizaje, por ejemplo, en el mundo del vino, cuando conozco uno nuevo, cuando me cuentan algún secreto de su historia o sobre cómo apreciarlo mejor. Me encanta preguntar a la comunidad qué opina, qué prefiere ¡o si tiene más data!
¿Cómo describirías a tu audiencia y cuál creés que es la clave de tanta conexión?
Mirá, en su mayoría son mujeres, de 35 años para arriba, algunas madres y otras estudiantes, pero todas mujeres que trabajan y a las que las une las ganas de crecer. De escalar sus proyectos, con aspiraciones y la dedicación real a sus marcas o a su profesión. ¿Qué significa real? Que van por los desafíos como sea: a capacitarse para sumar habilidades, a pensar en armar equipos, etc. ¡Y también hay hombres! Menos y quizás no tan participativos, pero siguen los contenidos.
Además de ser influencer, eres una mujer emprendedora.
¿Podrías hablarnos sobre tus proyectos y cómo los equilibrás con tu trabajo en redes sociales?
Me encanta emprender, pero con los años aprendí a sumarme en proyectos que de alguna forma tengan que ver con la filosofía de Lady, que compartan sus valores. Para poder potenciarnos, de esa forma la energía fluye más. Soy Social Media Manager de cuentas que me inspiran de alguna u otra manera, o participo en la comunicación de eventos como la feria de emprendedores Livingroom que está íntimamente ligada a la comunidad de Lady. Y a su vez organizo encuentros de mujeres como el del mes pasado con Lulu Biaus, que es asesora de marcas de moda y lifestyle, para un grupo de 30 mujeres empresarias.
Yo seguía el trabajo de Lulu y siempre me pareció super interesante y bien formada su mirada. Y dije, en lugar de hablarle y pedirle que me cuente sobre su trabajo, ¿por qué no organizamos traerla y compartimos con más mujeres esta acción? Y se armó. Por eso, como te decía antes, lo colaborativo, unirnos y hacer alianzas es lo que va (elegir armar una red con estas personas que sabés que comparten tus ganas). Y tiene que ver con este equilibrio del que me preguntás, porque se genera una sinergia que nivela todo y que mueve todo junto.
Otra clave que empecé a poner en práctica en el último año y que la comparto con vos porque pienso que puede servirle a otra persona que lea, es valorar mi trabajo como corresponde desde la parte económica: entender que hacer las cosas “de onda” no le suma a nadie. Ni al rubro en el que te movés, ni a quien le hacés el favor, ni a tu cliente que paga habitualmente y fundamentalmente no te suma a vos. A tu carrera. A tu trabajo y tu nombre. Entonces, ME COSTÓ muchísimo, y por supuesto siempre trato de discernir entre emprendedores, o cuando hay momentos especiales para cada persona o proyecto. Y trato de “dar un beneficio” o una pequeña mano a quien lo necesita, pero aprendí a decir que no a proyectos que no me reditúan en lo económico, porque es tremendo como terminaba esforzándome de más, dejando de lado cosas que se merecían mi atención y mi energía buena, etc. Es un GRAN logro personal de los 40 que te comparto porque suma, decir que no para muchas personas es LO MÁS DIFÍCIL, pero cuando aprendes te sentís más valorada, más enfocada, 100% feliz.
Tenés dos hijos. ¿Cómo manejás el equilibrio entre tu carrera en redes sociales y tu rol como madre?
Bueno, ¡hablando de equilibrio! …jajajaj te los iba a nombrar. Hace poco cumplí 40 años y me dí cuenta (qué pena que nos cuesten años estos aprendizajes) pero me dí cuenta de que quiero estar con ellos BIEN. Con tiempo bueno, que esos son los recuerdos que te marcan. Amo darles un ejemplo de madre trabajadora y que logra lo que se propone, pero creo que quiero dejar un poco de eso que ya tuvieron mucho y que se sientan protagonistas y acompañarlos yo a ellos.
¿Has enfrentado desafíos específicos como madre emprendedora en el ámbito de las redes sociales?
No, el mayor desafío fue que alguna marca me invite a hacer una colaboración con mis hijos y alguno, Tano que es el más grande, me diga “no quiero”. Y en ese caso le propongo otra idea al cliente. Fin, no se fuerza, me parece que no vale la pena.
Lo que sí le digo a Tano, ahora que tiene 10, y como una mujer consciente de que cualquier vía de expresión es buena, es salud y nos ayuda siempre, es que si quiere arme su espacio de comunicación, con su mirada, donde otros niños puedan conectar con él. Además, amo sembrar la semillita emprendedora en mi hijo, espero que sea un adulto creativo y emprendedor, sería mi mayor orgullo. Ahora viene Livingroom y le dije: ¿por qué no me proponés algo? ¿Una cobertura tuya? ¿Algo particular? ¡Pensalo! Jajajaj vamos a ver si le pinta!
¿Hay alguna persona o figura que te inspire en tu carrera como influencer y emprendedora?
Muchísimas, de cada una hay algo.
¿Cómo te gustaría influir en aquellos que te siguen en redes sociales?
Vos me preguntabas porque hay conexión con esta comunidad, y tiene que ver con esto mismo creo yo. La conexión tiene que ver con la transparencia, ni dos segundos te mostraría algo que no soy porque me sonaría a estafa jaja (re exagerada, lo lamento, ¡escorpio!). Entonces no perdemos tiempo, esto soy ¿te gusta? ¿Te hace reir? ¿Te motiva para algo mejor? ¿Te siembra una inquietud? Esa es mi felicidad. Y por otro lado el entendernos.
Creo que mostrarnos como somos quienes tenemos un espacio público tiene doble beneficio. Nos damos a conocer, pero también logramos que el que está del otro lado se vea reflejado, vea que el caos es colectivo, que igual se puede, que igual se disfruta ¿no? En mi caso tiene que ver con eso. Me encantaría que, por darte un ejemplo, quienes tienen criaturas chiquitas y laburan a la par mientras que crian, sepan que eso no limita, quizás lo hace más lento…
¡Eso me gustaría! E hilando fino siempre