Por Laura Lee Santamaría
Calidad de vida, palabras claves. Así lo entiende nuestro entrevistado Manuel Pecci. Doctor no solo de profesión sino de vocación, un médico que a pesar de haber llegado a lugares que otros soñarían en su carrera laboral, demuestra humildad y devoción por seguir nutriendo y ejercitando no solo su cuerpo, sino también su mente.
Manuel Pecci nació en Salta, tiene 47 años y está casado. “Soy bastante fanático de estar con mis hijos” es la frase que resume la relación con su hija mujer y sus dos hijos varones. Con ellos comparte no solo la cotidianeidad sino también actividades deportivas variadas, equilibrando así, su vida personal y laboral.
Desde que tuvo uso de razón quiso ser médico, “siempre estuve interesado en todo lo que era la salud, las enfermedades, siempre me pareció una forma de poder ser útil para la gente”. Ayudar a la gente, se convirtió en la misión que llevaría al doctor a impulsarse y cada día a superarse.
“Todos en mi familia son abogados y fueron una gran influencia”, recuerda Manuel, pero él siempre estuvo decidido a la hora de elegir su propia carrera y así fue como partió a las tierras de Córdoba para estudiar en la Universidad Nacional. Luego de recibir su título, cuando todavía “era muy chico”, hizo su primera residencia en Medicina interna Clínica médica, para después hacer las especialidades en Medicina del deporte, Nutrición Clínica y el Doctorado en Medicina.
Como todo en la vida, las decisiones y los caminos que elegimos, muchas veces encuentran su razón de ser en nuestras costumbres más simples y cotidianas. En el caso del médico deportólogo, como su título lo indica, ese interés nació del deporte. “Soy muy fanático y siempre estuve muy vinculado a lo deportivo”. Hasta el día de hoy disfruta de practicar ciclismo, tenis, squash, trecking e incluso montañismo. “El practicar mucha actividad física, me llevó a tener muchas lesiones que me fueron vinculando aún más con cierto tipo de especialidades”, reflexiona Manuel.
¿Cómo mejorar la calidad de vida de las personas? Fue una pregunta recurrente en su historial profesional, y fue el motor que dio inicio a MAS Medicina Ambulatoria Salta. Junto con un grupo de amigos, nombres que resuenan en el área de la salud salteña tales como el Dr. Baldi, Dr. Pérez Alsina y el Dr. Nallim, decidieron crear un centro nuevo en su clase a principios de los 2000 en la esquina de Buenos Aires y Urquiza. Su objetivo: brindar contención al paciente.
“Hoy es el epicentro de mi trabajo y mi segundo hogar”, comenta el entrevistado y explica la importancia de un trabajo multidisciplinario con todos los tipos de profesionales y todas las especialidades juntas todas en un mismo lugar. El gran objetivo siempre es que al paciente se le brinde la mejor atención posible. Y como profesional concluye que “a uno le facilitan muchísimo el día a día de trabajo, poder contar con colegas en el mismo momento, hacer interconsultas y tratar de brindarle todo ese servicio a la persona”.
Con ese sueño cumplido, no se quedó quieto y de la mano del mismo grupo de profesionales, en los últimos meses abrió una segunda sucursal para poder llegar aún a más pacientes. Un segundo centro MAS, abrió sus puertas en El Punto de San Lorenzo Chico y así logró conectar a zonas como Cerrillos, San Lorenzo, Campo Quijano, entre otros. Entre las nuevas tecnologías también cuenta con “un resonador, único en Salta que hace resonancias cardiacas”, explica Manuel. Remarca que “además de facilitar todas las especialidades y estudios complementarios como laboratorio y fisioterapia, su objetivo es mantener un grupo humano de profesionales formados”.
Entre tantas victorias ganadas, el profesional con más de 20 años de experiencia, destaca haber podido realizar una extensa formación en las especialidades de su interés. Y asegura que la clave está en seguir formándose continuamente, “día a día surgen estímulos que hacen que uno se movilice”.
Fuera del consultorio busca dedicar todo el tiempo posible a su familia y a sus hobbies. El deporte como protagonista con la compañía de amigos y familia, está entre las cosas que más disfruta. Se describe a sí mismo como un adicto a la lectura. Desde política e historia a novelas y libros de filosofía son solo algunos de los géneros en los que se resguarda. Aunque, como él dice, su trabajo le encanta.
“La medicina del deporte verdaderamente, no me agota, no me cansa nunca. Me genera un estímulo permanente. Se combinan muchas cosas. Es una medicina distinta, donde uno puede prevenir, donde se llega a la gente desde otro punto de vista”. Sus pacientes buscan mejorar su calidad de vida o reinsertarse a un estilo de vida más saludable. Muchos de ellos sanos, otros con patologías, pero todos con cuestiones tan distintas e inquietantes que nos devuelven a las amplias maravillas de la medicina. Porque, así como él mismo lo sostiene, “la medicina en general es una pasión.”