Me fascina porque cada viaje es totalmente diferente a otro y entonces cada día se vuelve totalmente diferente. No me gusta la monotonía, no me gusta la rutina.
Magda nos abrió las puertas de su casa en Valle Escondido para mostrarnos cómo vive su día a día rodeada de su familia. Es esposa, madre, hija, y dueña de una exitosa agencia de turismo que marca la diferencia.
Con 46 años cuenta su historia con calma y se describe a sí misma como una “apasionada de los viajes”. Está casada con José Arias Figueroa hace 15 años y verlos juntos confirma su excelente relación ya que, como lo explica Maga, “siempre la acompañó en sus objetivos y en sus ideales”. Juntos formaron una familia con la llegada de Martina (14) y Tomás (11).
Orgullosa hija de Raúl Gerardo Perera Quintana y Doris Varra, Magda resalta la importancia de su familia ante todas las cosas. Su casa está pensada para vivirla en compañía y su espíritu refleja esa calidez humana de anfitriona.
Es la prueba viviente de que los sueños se cumplen si se trabaja lo suficiente para lograrlos. Hermana del medio de cuatro hijos, fue marcando su propio camino y con objetivos claros, hoy sus clientes, a quien ella califica de “amigos”, la eligen por su sencillez y calidad humana.
Su agencia @incamayot en la Av. Belgrano 1197 siempre tiene las puertas abiertas para planear el viaje perfecto “a la medida de cada cliente” y poder lograr la mejor experiencia posible.
¿Cómo es tu día a día? ¿Qué haces cuando te levantás?
Primero, llevo a los chicos al colegio, de ahí vuelvo y me voy al gimnasio. Trato de ir todos los días, de ahí vuelvo, me baño y voy a la agencia. Si los chicos tienen horario corrido en el colegio porque se quedan a comer, hago horario de corrido en la oficina, después los busco, vuelvo a casa y sigo trabajando. La verdad que sí, dedico mucho tiempo a mi trabajo.
Los chicos también tienen actividades extracurriculares y yo los llevo y los traigo. Tomi tiene rugby y Marti hace danza.
¿Cómo balanceás tu vida entre el trabajo y la familia?
Sí, es que en realidad ahora empecé a balancear, porque antes era como muy dependiente de todos mis clientes, y me mensajeaban o llamaban a cualquier hora, y yo a cualquier hora estaba disponible, hasta que dije, no, voy a tener un horario, porque también necesito tener mi vida, compartir con mis hijos y con mi marido. Ahora trabajo hasta las 7 de la tarde, es el horario prudente. Empecé a poner un límite de horario y a compartir más con la familia. Lo que sí, por ejemplo, de mi vida no quito el gimnasio donde hago Crossfit. Me encanta, es como un cable a tierra.
Lo mismo que disfruto obviamente estar con mis hijos, que por ahí, me piden jugar a algo, comparto, me cuentan cosas, charlamos, eso es re lindo, porque si no después, ya es tarde. Con las tareas también, aunque ya son bastante independientes. Tomi es re prolijo y Martina aprendió, porque es muy inteligente. Aprendieron que si no cumplen se cortan los viajes. Ellos creen que siempre van a viajar porque tienen agencia. Pero ellos también tienen que cumplir con su parte.
¿Cómo lo conociste a José?
Cuando volví de Canarias tuve dos novios antes de conocerlo a José. Es primo de unos parientes y tengo unos años más que él, por eso no lo registraba. Pero empezamos a salir, y estuvimos dos años de novios y nos casamos en el 2008. De ahí nacen Tomás y Martina, Tomás de 11 y Martina de 14 porque la verdad que yo ya quería ser madre. Me casé a los 31, o sea, me encanta la edad en la cual me casé, porque disfruté, viví en España, viví acá, tuve muchas experiencias y lo volvería a hacer todo igual.
¿Hace cuánto que estás viviendo en Valle? ¿Cómo vivís tu hogar?
En Valle, más o menos 6 años.Me encanta ser anfitriona, me encanta recibir gente. Pongo la mesa lo mejor posible. Me encanta recibirte, ver qué querés tomar, estar en el detalle. Siempre invito a mis amigas acá, a mi familia, la casa siempre está disponible. Eso lo heredé de mi mamá. Ella es súper anfitriona, mi hermano más grande es re cocinero, mi mamá igual, eso no lo heredé, yo no soy la cocinera. Mi marido me compró la Thermomix, pero la uso poco. José la verdad que es re buen cocinero, entonces combinamos las habilidades los dos. También los chicos traen amigos, yo siempre los dejo que inviten, porque me gusta recibir gente en casa.
Contame cómo se te ocurrió trabajar en turismo
En realidad, todo surgió cuando en el colegio no sabía qué estudiar y me gustaban mucho los destinos, viajes, cultura y ahí decidí estudiar administración hotelera. Estudié en Buenos Aires en un lugar que se llama Ateneo y tenía convenios con Suiza, Estados Unidos, entre otros. Ahí decidí irme. Trabajé en Orlando, en hotelería, en México y me fui a Canarias a hacer un posgrado en dirección hotelera.
Mi familia trató de convencerme para que me quede, pero ya desde entonces me encantaba todo el tema de destino y cultura. Elegí irme a las Islas Canarias para hacer el posgrado y tuve que estudiar idiomas como el alemán, francés, un popurrí, hoy solo practico el inglés. Tuve compañeros de distintas partes del mundo, una mezcla, pero me encantó eso culturalmente, fue divino. Estuve un año y medio haciendo el posgrado, lo terminé y me contrataron en un hotel de la cadena H10 española, me quedé trabajando un año y medio más. Vine de visita a Salta y ya me quedé más cerca trabajando en México, en la Riviera Maya.
¿Cómo volviste a Salta?
Mi papá murió hace seis años lamentablemente, pero él me insistió que volviera a Salta y volví. Él me convenció con que iba a hacer una agencia y me la armó de tal manera que yo dije sí. Pero cuando volví, me quise volver a ir, porque cuando uno es de afuera, te acostumbras a otra vida, a otra gente, a otra mentalidad sobre todo.
Con el tiempo me fui afianzando y lo que hace a mi agencia especial y es también mi slogan es que yo hago viajes a medida, es decir, me adapto a lo que quiere cada cliente y le sumo mis sugerencias. A mí me encanta viajar, para mí es la mejor plata invertida, o sea, tanto en educación como en viaje. Entonces cuando puedo, hago un viajecito, me invitan a conocer y voy, aunque ya lo haya visitado.
¿Cómo transitaste la pandemia? ¿Cómo afectó tu negocio?
Estuve en casa, casi no salía, entonces empecé a decorar casas que construía mi marido. Él tiene una constructora, y como me encanta la decoración, fui decorando casas que hacía. También hice un Instagram @incamayodeco, es otra veta mía además del turismo, más parecido a un hobbie, pero hoy me dedico solo a la agencia.
Yo seguí trabajando y no fue para nada condicionante, yo repunté. Tengo más clientela, y sé que tengo mucho “boca a boca” que es impresionante, porque yo cuido a mis clientes. Ellos son amigos y me fui haciendo más y más. Mi trabajo es personalizado, hago viajes a medida y me adapto al presupuesto de cada cliente. Mi agencia es más “boutique”, en el sentido que, te puedo dar un plus en los detalles. Por ejemplo, si te gusta algún deporte puntual, busco algo relacionado, para que vivas la experiencia completa.
Debes haber viajado por cada rincón que existe. Decime tres lugares que te hayan marcado a los que volverías una y mil veces
Taormina, en Sicilia. Me impactó el lugar, viajé con una de mis mejores amigas y me encantó. Culturalmente es un lugar inédito que no todo el mundo conoce.
Otro lugar, Barcelona, me parece una ciudad súper cosmopolita, donde podés comer lo que se te ocurra, interactuar con gente de todos lados y tiene un escenario en sí divino, playa, edificios altos, Gaudí, el barrio gótico, tiene de todo.
Otra ciudad o destino que volvería, que sí me impactó fue Singapur. Tuve la oportunidad de ir al hotel Marina Bay Sands, que son las tres torres con el barco arriba. Pude ver toda la ciudad desde la pileta. Me impactó porque la verdad que es una ciudad que todo el tiempo está full, todo es prolijo, hay mucho poder adquisitivo y las mejores empresas de boutique, además de toda la tecnología.
Disfrutás mucho de lo que haces…
Tengo pasión por los viajes, por armar los viajes. Puedo estar estresada con un mal día, pero cuando me siento en la computadora a buscar y armar disfruto, si no conozco el destino, investigo, y me encanta. Es mi vocación. Desde el primer momento que decidí estudiar administración hotelera, lo sentí así. Soy una agradecida de poder cumplir mis objetivos a corto, mediano y largo plazo con mi agencia, Ojalá todo el mundo lo pudiera hacer. Además tengo un marido que me acompaña. Igual desde el momento que me casé, siempre fui independiente, incluso económicamente. Mi papá me crió así, siempre me dijo, “Magda, no te gastes todo, si te va bien siempre ahorrá algo”, y eso hay que transmitir a los hijos.
¿Qué le dirías a las personas que se privan de viajar porque piensan que necesitan muchísima plata?
A mis clientes, a mis pasajeros siempre les dije que se animen en el sentido de que no existe un no, o sea, es cuestión de decir dónde, cómo y cuánto. Y listo. Todo se puede, hoy podés adaptarlo y siempre hacer un viaje por lo menos 6 meses antes de viajar. ¿Por qué? Porque lo podés ir pagando de a poco. Esa es la clave, yo así les enseñé a viajar a mis clientes, porque hay algunos que vienen sobre la hora y quieren viajar ya, están desesperados y así, pagan cualquier cosa.
Incamayo Turismo
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