La novia entre las novias de América, la sonrisa más reconocible de la pantalla grande y la pelirroja más célebre de Hollywood, esa es Julia Roberts.
Por Viviana García de Incanto Modelos
La inolvidable Pretty Woman nació en Georgia en una típica familia estadounidense. Su adolescencia debió de parecerse mucho a la de las películas norteamericanas con taquillas, casas con jardín y bailes de fin de curso. Julia era la pequeña de tres hermanos y cuando uno de ellos, Eric, decidió probar suerte en el mundo de la interpretación y no le fue mal del todo, ella se preguntó: ¿por qué no? Dicho y hecho: se trasladó a Los Ángeles y consiguió su primer papel importante a finales de los años 80.
La jugada le salió tan redonda que poco después obtuvo su primera nominación a un Oscar como actriz de reparto por su interpretación en la película Magnolias de acero. Un año más tarde, en 1990, le llegaría el papel de su vida, el de Pretty Woman, un hito cinematográfico y un verdadero mito social: “prostituta de la calle, pero honrada conoce a multimillonario (Richard Gere), se enamoran y todo acaba en final feliz”; además fue la segunda nominación a los Oscars de Roberts. Era la historia de siempre, pero actualizada y ambientada en el presente, y es una de las películas más exitosas de la historia.
Después de aquello, Julia se convirtió en la actriz de moda y en la primera mujer en facturar 20 millones de dólares por película. Y entonces llegó el tan ansiado Oscar por interpretar a una heroína tan llana y accesible como aparenta ser ella misma, Erin Brockovich.
Porque uno de los secretos del éxito de Julia Roberts es la naturalidad que desprende su afamada sonrisa.
La sonrisa más bonita de Hollywood y ganadora de un Óscar y tres Globos de Oro se fue convirtiendo en un ícono de la moda quizás de forma natural cuando se recuperan muchas de las tendencias que ella llevó primero.
Seguramente Julia sólo pretendía ir cómoda con sus zapatillas planas y bien calentita con un abrigo ‘extragrande’, pero como ocurre cuando los estilismos surgen intuitivamente y sin esfuerzo, el resultado era de lo más ‘cool’. Inspiraba en los años 80 y 90, y nos sigue inspirando ahora.
Otra tendencia que marcó su estilo fue su melena roja rizada, que representa el paradigma de una época. En cuanto a diseñadores, Armani es uno de sus predilectos a la hora de enfrentarse a una alfombra roja, aunque queda para el recuerdo el vestido vintage de Valentino con el que recogió aquella merecida estatuilla dorada.
Tras la vorágine llegó el silencio. Julia decidió dejar de lado, momentáneamente, su carrera como actriz para tener una familia. Se casó con el cámara Daniel Moder y se convirtió en madre de tres hijos.
Volvió, pero no logró repetir el éxito obtenido durante sus mejores años. Pese a todo, la norteamericana se mantiene en la cúspide y su presencia -ya sea para protagonizar una comedia comercial, un drama de peso, un evento o un spot de perfume- sigue cotizando al alza.