Cuando ellos son los amos (de casa)

A veces por elección propia y otras porque su trabajo se los permite, algunos se quedan en el hogar ocupándose de los hijos y de las tareas domésticas

Se levanta temprano, prepara el desayuno, lleva los chicos al colegio y vuelve a casa. Antes de ponerse a trabajar en la computadora, aprovecha y pone a lavar la ropa. En los ratos libres, cocina, lava los platos, busca a los chicos, les da la merienda y sale a hacer las compras para la cena, que preparará y dejará lista para cuando su mujer vuelva a casa. Hace unos años era improbable encontrarse con amos de casa, ya que la casa era tarea excusivamente de mujeres, donde alguno de ellos incluso se jactaba de “ayudar en el hogar” hoy en dia las cosas vienen cambiando y son cada vez más los hombres que se ocupan de la casa y de los chicos.

Cada vez es más frecuente escuchar sobre hombres que se hacen cargo de las tareas del hogar. Y hay índices que confirman la tendencia.
Un reporte hecho por el departamento de Research de Universal McCann Argentina concluye que:
– Las mujeres que se encargan del hogar siguen siendo la mayoría de la población (el 78%), pero la cifra viene decreciendo.
– La cantidad de hombres que declaran ser amos de casa aumentó un 44% en los últimos cuatro años.

Un dato curioso: el mayor crecimiento de la actividad doméstica se dio en hombres de entre 25 y 44 años, lo que coincide con la edad de mayor productividad laboral.

¿Está cambiando el hombre argentino?
El gusto por la cocina creció un 5%. Una tendencia fuerte que parece que seguirá sumando adeptos.
– Realizar tareas domésticas genera menos aversión: los hombres que lo odian disminuyeron un 21%.
– Menos hombres sacrificarían tiempo con su familia para poder avanzar en lo profesional. El número bajó un 20%.
Tal es el fenómeno que, incluso, se ha creado la Liga de Amos de Casa, que busca obtener beneficios económicos y sociales para los hombres que se dedican a su hogar.

Ser amo de casa, puede ser una elección o una decisión. Sin embargo, con el cambio de era, la revolución feminista y la crisis económica mundial, más hombres se están uniendo a esta comunidad de los male housewifes, que cada vez adquiere más fuerza en las relaciones de pareja, a pesar de los prototipos sociales.

El perfil del “amo de casa

Se trata de hombres de entre 24 y 50 años, con educación media o media-superior y con hijos, desempleados o con trabajos flexibles. Han decidido dedicarse a sus hijos y a la administración de la casa mientras que su pareja trabaja y consigue los recursos económicos. La mayoria confesaron haber adoptado ese rol debido a tres factores: “la pérdida del empleo; por contar una mayor flexibilidad laboral frente a sus parejas o porque sus esposas ganan más.

La mujer proveedora

Si bien el sexo femenino sigue percibiendo una remuneración económica 8.8% menor al ingreso masculino, poco a poco han ido avanzando en el mercado laboral. Hasta hace poco el hombre era el principal proveedor, mientras que ellas se quedaba en la casa. Hoy los dos salen a trabajar; se modificaron los roles tradicionales. Un tercio de las 187 mujeres más poderosas del mundo, según la revista Forbes, está casada con hombres que se quedan en casa. “La mujer proveedora se destaca por su carácter y fuerza emocional y mental. Son damas empoderadas”.

La masculinidad “perdida”

La afectación del hombre se da en el plano de lo simbólico, en el terreno emocional y mental. El hombre fue educado para ser protector de la familia, cuando esto no ocurre se presenta una falla en el construcción cultural que disloca y genera conflictos internos que podrían traducirse en hostigamiento, violencia emocional, verbal y hasta física hacia la mujer proveedora. Randi Minetor explora en el libro, Breadwinner Wives and the Men They Marry, la dinámica marital en más de 120 parejas donde la mujer gana más que el hombre y concluye que muchos hombres que ganan menos se sienten heridos por considerarlo un descenso en su estatus, por lo que su autoestima puede verse afectada.

El nuevo hombre

Muchos padres eligen esta opción porque vieron a otros hombres perderse de la infancia de sus pequeños por trabajar muchas horas al día, y decidieron que esa no era su forma de ver la vida. Son padres a los que les gusta cocinar, limpiar, hacer mandados, ayudar a los niños con los deberes y ver su evolución día a día y de cerca, y eso es tan válido como una madre que quiera hacerlo también.

Sin lugar a dudas, ser amo de casa es una nueva opción para padres, que puede ser muy beneficiosa para liberarnos de estereotipos y permitir que cada persona haga las cosas que lo hacen feliz. El padre está en todo su derecho de cuidar a sus hijos y realizar las tareas del hogar, como la madre lo tiene de desarrollarse y crecer profesionalmente.

Lo importante si nuestra familia decide tener al padre en casa es no dejarse llevar por los comentarios negativos, preparar una buena respuesta y estar seguro de que esta sigue siendo la mejor opción para su familia. El mayor problema suelen plantearlo las mujeres, y no los hombres. Ellas ven como rara la situación y no creen que un hombre pueda ser capaz de cambiar pañales o enseñar a caminar a un pequeño al tiempo que preparan una rica cena.

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