Aíto Rodríguez presenta “Convergencias”, su primer disco solista

Por Gabriela Parentis

Fotos: Santiago Lofeudo

Aíto Rodríguez es un músico con disciplina y perseverancia. Como muchos artistas, exploró su talento desde niño, a los 13 años de edad comenzó sus estudios de guitarra clásica y de ahí no paró más, tiene una carrera profesional que deja a cualquiera boquiabierto.

Participó en festivales como «Guitarras del Mundo» y «Guitarras del San Martín». En el año 2010 comenzó a estudiar canto lírico y participó en producciones locales.

En el año 2014 fue seleccionado para formar parte de la «Academia Internacional del Teatro del Lago» en El Frutillar (Chile) entre cantantes de todo el mundo.

En julio del 2019 cantó como solista en la ópera «L’Orfeo» de Monteverdi en el Auditorio del SODRE en Montevideo, Uruguay.

Como si todo esto fuera poco, esa versatilidad que brinda la música le dio la posibilidad de convertirse en Cofundador de Salta Lírica, organización que se dedica a promover la ópera, formar jóvenes artistas y generar espacios para el desarrollo artístico en el NOA, acercando la ópera a nuevos públicos y rompiendo con los parámetros conocidos del género para que pueda ser apreciada por todos.

Además produjo diversos espectáculos como «La flauta mágica» de W.A. Mozart y «El Barbero de Sevilla» en el teatro Provincial de Salta, con la dirección, diseño de escenografía y actores del Teatro Colón de Buenos aires.

Desde 2018 gracias a un premio del INCAA y del Polo Audiovisual de Córdoba desarrolló una serie animada de óperas para niños llamada «Óperas para soñar», junto a «Birque Animaciones» y la participación de la Orquesta Sinfónica de Salta. La serie tiene como fin acercar a los niños a la ópera y hoy se transmite por Paka.

El 2019 se destaca en este recorrido, ya que grabó su primer disco solista llamado “Convergencias», en el que une el canto con la guitarra, con música de compositores argentinos como Eduardo Falú, Alberto Ginastera, Chuchi Leguizamón, entre otros.

Sin más preámbulo te presentamos la entrevista que brindó a Revista abc, para que conozcas en detalle el lanzamiento de su primer trabajo en estudio, que vio la luz en plena pandemia, y sus sensaciones después de que llegara al público. ¡Imperdible!

Hablanos de tus comienzos en el mundo de la música y de tu formación académica.

Comencé a estudiar guitarra clásica en el año 1997 a los 13 años, junto con el colegio secundario fui formándome profesionalmente en la música, al terminar el secundario seguí mis estudios de guitarra en el conservatorio Manuel de Falla en Buenos Aires.

Después, por esas casualidades, a mí regreso a Salta en el año 2007 entré a cantar en un coro dirigido por Luis Benavídez (ex Huayra). Nos contrataron para cantar en las zarzuelas que se hacían en esa época en el Teatro Provincial junto con la Sinfónica, ahí descubrí el mundo del canto lírico y me fascinó tanto que abandoné la guitarra y me dediqué 10 años a estudiar canto lírico con reconocidos maestros. Fundamos Salta Lírica para generar una movida de ópera que antes no existía por acá.

¿Qué hizo que te decidieras a ser músico?

Mi hermana María Rodríguez fue la pionera en la familia, ella desde muy chica estaba en la música. Me acuerdo que cantaba en un grupo que se llamaba «A nuestra manera» y en distintas formaciones con Julio Reynaga, y cuando ensayaban en casa yo me quedaba perplejo escuchando y me fascinaba ese universo. También tocaba el piano y me enseñaba algunas cosas. Descubrí la guitarra y luego las cosas se fueron dando naturalmente. Me tomaba tan en serio la música que ya se veía cuál sería mi camino.

Si no fueras músico, ¿qué estarías haciendo ahora?

La verdad es que no me veo haciendo otra cosa, en algún momento pensé en estudiar medicina, cuando estaba terminando el secundario, pero esa idea no me duró más de un par de horas… (risas)

¿Podrías hablarnos un poco sobre tu primer álbum solista? ¿hace cuánto empezaste a trabajarlo?

El disco está dedicado a la música de compositores argentinos como Eduardo Falú, Atahualpa Yupanqui, Cuchi Leguizamón, entre otros. Me llevó varios años, no tanto en la grabación, sino en el armado del repertorio y la realización de los arreglos. Si bien es de canto y guitarra solos, tiene la particularidad de que la guitarra no hace un mero acompañamiento, sino que dialoga con la voz, es decir, la guitarra va cantando junto con la voz. Eso tiene una gran dificultad técnica y de coordinación, ya que hago las dos cosas al mismo tiempo. Me llevó dos años tener el repertorio listo como para entrar a un estudio de grabación.

¿Cómo fue lanzarlo en medio de una pandemia?

Creo que la pandemia cambió por completo el paradigma de la industria musical para siempre y que todos estamos en proceso de adaptación y buscando nuevas formas y canales para difundir nuestro trabajo.

¿Qué canciones del álbum son tus favoritas?

Creo que, sin duda, mi canción favorita es la «Zamba del duraznillo». Es una zamba que descubrí en un cassette de mi hermana cuando era muy chico, pero solo se podían rescatar unas estrofas porque habían grabado algo arriba de eso, y por muchos años solo conocía esa partecita de la zamba, que me encantaba. Con la llegada de internet pude encontrarla completa, cantada por Mercedes Sosa. Fue una emoción muy grande. Después, con el tiempo le hice un arreglo y tiene un lugar muy especial en mi repertorio.

El título de tu álbum es “Convergencia”. ¿Por qué decidiste llamarlo así?

Le puse ese nombre porque es un producto de todo lo que hice en mi vida musical, es la convergencia de todos los años que le dediqué a la guitarra y al canto, que en un momento eran dos universos que no se cruzaban, y bueno, me dije, ya que estudié tantos años guitarra clásica y canto por qué no juntarlos.

¿Nos podés hablar un poco sobre tus actuaciones? ¿Qué es lo que más te gusta de las presentaciones en vivo?

En actuaciones en vivo jamás había hecho las dos cosas, canté en diferente producciones de ópera en Salta. El año pasado tuve la gran experiencia de cantar como solista en una ópera en el auditorio del SODRE en Montevideo y también canté en el Teatro del Lago del Frutillar en Chile. Con la guitarra toqué conciertos de guitarra clásica en Guitarras del mundo y otros festivales.

Con este nuevo material pude realizar dos presentaciones en enero del 2020 con planes de varios conciertos más, pero pasó lo que todo el mundo sabe (risas).

El formato de presentación que más me gusta y me siento más cómodo es el de los conciertos íntimos con público reducido, en el que se pueda tocar sin micrófonos ni equipos de sonido. Creo que se genera una atmósfera especial y un vínculo con el público diferente.

¿Hay algún artista con el que te gustaría trabajar en un futuro?

¡Uf, un montón! Por ejemplo…, Stevie Wonder (risas).

¿Cuáles son tus planes para el 2021?

Este último tiempo estoy incursionando en el tango. Armé un dúo con don Iván Gutiérrez Cachullani, un gran bandoneonista y cantante, con él estamos investigando e imitando un poco esa forma característica con la que se tocaba el tango de los años 30 hasta el 60 más o menos, así que pronto habrá novedades de ese proyecto.

Seguinos!

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