Por Dr. Luis Federico Muro M.P 4394
Especialista en Urologí .(U.B.A)
La urología es una parte de la medicina dedicada al estudio de la anatomía, fisiología y de las enfermedades del aparato urinario y en el hombre se agrega además el aparato genital.
La especialidad nace en el siglo XIX cuando un grupo de cirujanos decide comenzar a estudiar lo que había dentro de las vías urinarias. Así es como comenzaron a desarrollar aparatos para ser introducidos por la uretra hasta la vejiga y desde allí ascender por los uréteres para llegar a los riñones. Inicialmente se iluminaba con la luz de una vela reflejada en un espéculo y con el avance tecnológico se llega a desarrollar el cistoscopio con una fuente de luz artificial. A partir de allí no se detienen los descubrimientos en la especialidad. En la actualidad se ha logrado trabajar y estudiar con los métodos más sofisticados (desde aparatología de tipo flexible, hasta laparoscopia y láser, entre tantas) con los cuales se diagnostican y tratan, en muchos casos con cirugías, casi todas las enfermedades del sistema urinario.
También la farmacología con sus avances ha revolucionado esta especialidad. Podríamos nombrar al viagra, entre otros, y hoy muchas de las enfermedades ante las cuales antes se sugerían cirugías, pasaron a ser medicadas.
Ahora, entendiendo un poco más a lo que se refiere esta especialidad, hay que terminar con el mito de que solo consultan los hombres. La mujer comparte con el varón todo el árbol urinario, que se divide en superior, riñones y uréteres e inferior, vejiga y uretra, salvo la parte genital masculina, en donde mencionamos a la famosa próstata, vesículas seminales, conductos deferentes, epidídimos y testículos.
La consulta del paciente urológico es muy variada. En algunos casos suelen ser complejas y en otro tienen una resolución sencilla. Cuando mencionamos a la tan trillada próstata (glándula masculina) como protagonista de tantas charlas, basta simplemente con observar en una reunión social al que se levantó más de dos veces al baño en corto tiempo y ya lo catalogamos de prostático, cualquiera fuera su edad. Pero ojo, también puede presentar una infección urinaria que demanda una urgencia, o una cistitis (inflamación de la vejiga) que suele ser tan compañera en la mujer.
Hoy también las consultas se han abierto a un grupo etario más amplio. Los varones jóvenes se acercan a preguntar por temas que, por falta de comunicación, no se los tenía en cuenta o se los pasaba por alto, dejando que el tiempo los resolviera o llegaran a ser una enfermedad. Podemos mencionar, por ejemplo, el dolor o aumento de tamaño testicular, que por vergüenza el adolescente calla, quizás tras un golpe practicando un deporte, y creyendo que pronto pasará, lleva meses y no consulta. Esto puede conllevar a un problema mayor.
También ellos consultan por estética, relacionada con la higiene. Es la llamada cirugía posteoplastia o circuncisión, antes relacionada a un acto religioso. Hoy pasa a ser lo más común y en muchos casos es muy beneficiosa.
Hasta no hace muchos años el tema de la fertilidad o del control de la natalidad se lo dejaba relegado a la mujer. Si no se lograba un embarazo, se decía: “consulta al ginecólogo”. ¿Y nosotros”?
Se habla de una esterilidad primaria cuando una pareja después de un año de mantener relaciones sexuales, sin utilizar ningún tipo de método anticonceptivo, no logra concretar un embarazo. Y de esterilidad secundaria cuando en la pareja, uno de sus miembros ya tiene hijos, pero no llega el embarazo deseado. Este tema es muy amplio y delicado, por lo que estas líneas solo son a modo informativo.
En relación con el control de la natalidad que mencioné anteriormente, hoy el varón cuenta con un método anticonceptivo 100 % seguro, y de a poco se está animando a consultar. Me estoy refiriendo a la vasectomía.
La vasectomía fue y es un tema tabú en algunas parejas, hasta controvertido, con muchos fantasmas rondándole y, en realidad, lo que se necesita es más información. Los mitos que atentan contra la práctica afirman, principalmente, que luego de aquella sobrevienen impotencia o disfunción sexual eréctil, alteración de los niveles de testosterona, pérdida de la virilidad o falta de deseo y pérdida del volumen en la eyaculación. Todo esto es una mentira. La única desventaja que presenta es que, como no es efectiva inmediatamente, hay que usar preservativos u otros métodos anticonceptivos durante los primeros 90 días después de haber sido realizada la práctica.
Aclaro también que si el operado desea recuperar después su capacidad fértil, la cirugía es muy costosa y con bajo porcentaje de éxito.
A la técnica quirúrgica propiamente dicha se la describe como una cirugía mínimamente invasiva, hasta podríamos decir de tipo ambulatoria. Consiste en identificar el conducto deferente (que pasa y forma parte del cordón inguinal), el encargado de transportar y de hacer madurar en su interior a los espermatozoides que se forman en los testículos y luego forman parte del semen. Este está compuesto en su mayor volumen por líquidos producidos por las vesículas seminales y por la próstata. Una vez identificado este conducto tan importante en el hombre, es separado, se lo liga y secciona, concluyendo así el procedimiento.
Por último, agrego que todo acto o decisión que una persona toma para su vida debe ser pensada de manera muy consciente, ya que puede llegar a marcar un futuro que quizás no imagina. La consulta con el profesional es siempre el mejor consejo que yo puedo dar y posteriormente actuar en forma criteriosa.