Por Cecilia María Abeleira
Licenciada en Nutrición, MP 036
Certificación Abordaje No Dieta Centro Katz
www.matersalta.com
IG: @viandass_ssaludables
El pasado 22 de abril se celebró el día mundial de LA TIERRA, esta iniciativa
surgió de la ONU en el año 2009 con el fin de alertar sobre el cuidado del medio
ambiente y crear conciencia sobre temas urgentes como la creciente
contaminación y la pérdida de la biodiversidad en muchos países.
Quizás creas que esto no tiene mucho que ver con tu alimentación diaria, sin embargo está
íntimamente relacionado, porque tener en cuenta qué alimentos incluimos en
nuestros platos repercute no solo en la salud humana sino también del planeta.
Estamos hablando de alimentación sostenible, esta es considerada como tal
cuando durante su producción se ha reducido el impacto medioambiental, no se
agotan los recursos naturales y se respeta la biodiversidad.
Unas legumbres, un trozo de carne, distintos productos de panadería son el
último eslabón de una cadena de acciones que dejan huella en el medioambiente
y que requieren en su producción del uso de recursos limitados.
Para que toda la industria alimentaria sea sostenible deberá serlo en cada uno de
los eslabones de la cadena, es decir en todas las etapas desde la producción
hasta el consumo, incluyendo el empaquetado, transporte y venta, garantizando
de esta manera las buenas practicas, la trazabilidad de los productos y
condiciones justas para productores, intermediarios y consumidores.
Parece una utopía, ¿no? Y más en esta época de inflación permanente y de
descuido a los productores, en fin, podríamos instalar un largo debate con el
tema, sin embargo no es el propósito de este artículo, todo lo contrario, la idea
es alertar y saber que desde nuestro lugar de consumidores responsables
podemos aportar nuestro granito de arena llevando una alimentación respetuosa
con el planeta y al mismo tiempo beneficiosa para nuestra salud.
La Unión Europea, muy avanzada en el tema ha puesto en marcha el proyecto
LiveWell, desarrollado por las organizaciones Friends of Europe y WWF. Estas son sus pautas de alimentación y hábitos saludables, reconocidas por la FAO y la
Organización Mundial de la Salud (OMS):
- Alimentos certificados, por ejemplo la pesca sostenible con el sello MSC, y
productos de agricultura y ganadería procedentes de tierras orgánicas
certificadas y libre de antibióticos y hormonas de crecimiento. También
recomienda optar por productos de comercio justo. - Menos carne, pero de mejor calidad, e incluir otras fuentes de proteínas
alternativas y de origen vegetal como legumbres y frutos secos. Aquí nuestra
QUINOA cumple un papel fundamental. - Menos alimentos procesados que contienen, por lo general, niveles más altos
de grasas, azúcares y sal. En este caso resulta fundamental la reciente
sancionada Ley de ETIQUETADO FRONTAL que nos ayudara a elegir
conscientemente los mejores alimentos. - Una dieta variada es más saludable.
- Planificar mejor las compras para no tirar nada. El despilfarro de comida es
un grave problema: uno de cada tres alimentos producidos en el mundo termina
en la basura.
Tenemos un desafío muy grande como consumidores, como educadores, como
gobierno, como habitantes de este planeta, cuidar nuestra Madre Tierra.
Pequeñas y grandes acciones buscando la armonía con la naturaleza. Podemos
empezar por nuestras elecciones alimentarias cotidianas y aunque parezca poco,
quizás sea el primer eslabón de una gran cadena.