Por Sommelier Lucía Ordoñez
Desde 2011, cada 17 de abril se celebra el Día Mundial del Malbec (Malbec World Day #MWD), una iniciativa creada por Wines of Argentina que busca difundir el malbec argentino en el mundo.
Malbec es sinónimo de Argentina. Si bien es un varietal de origen francés, Argentina logró que el mundo haga una asociación directa entre esta uva y nuestro país. La rescató del olvido y marcó un paradigma en el panorama global del vino.
Sus orígenes. La variedad malbec es originaria de Burdeos (Suroeste de Francia), específicamente de Cahors. Allí se la conoce con el nombre de côt.
Dos episodios pusieron en jaque al malbec. Por un lado, la epidemia de filoxera, que atacó los viñedos de Cahors alrededor de 1877. Por otro lado, una fuerte helada en 1956 destruyó buena parte del malbec que aún quedaba. Afortunadamente, el malbec ya había arribado a nuestro país antes de que estos episodios sucedieran y aquí encontró el lugar para expresarse de la mejor manera.
El malbec en Argentina: ¿qué tiene que ver Sarmiento? Según cuenta el historiador Pablo Lacoste, en las décadas de 1840 y 1850, las cepas de malbec se comenzaron a cultivar en las Quintas Normales de Santiago de Chile y Mendoza. Al regreso de su exilio en Chile, Domingo Faustino Sarmiento propuso incorporar nuevas variedades de cepas, como el malbec -llamada aquí la “uva francesa”-, con el fin de mejorar la industria vitivinícola nacional.
En Argentina la burguesía no se interesó por la vitivinicultura, ya que el negocio más importante del momento era el ganado vacuno y el trigo. La vitivinicultura quedó en manos de campesinos e inmigrantes que deciden plantar malbec porque tenía mejor rendimiento por hectárea, les gustaba y funcionaba bien.
Reconversión vitivinícola en los ´90. Entre 1990/2009 La vitivinicultura argentina inicia un proceso de recuperación apoyada en su cepa insignia: el malbec. El crecimiento en este período fue del 173 % de superficie implantada. Comienza un cambio de paradigma: no solo se elabora para el mercado interno, sino que se comienza a exportar en cantidades importantes y de a poco se consolida el malbec a nivel mundial. Se invierte en tecnología y se busca asesoría de reconocidos enólogos internacionales para mejorar la calidad.
El malbec en números. Según los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) del año 2019 (los últimos disponibles), en Argentina había 44.387,5 hectáreas plantadas de Malbec, que representan el 38,6% de todas las variedades tintas plantadas en el país y el
22,39% del total de los viñedos. La provincia de Mendoza tiene la mayor cantidad de Malbec del país con el 85,1%, seguida por San Juan con el 6,2%, Salta con el 3,2%, y el resto de las provincias representan el 5,5 %.
¿Cómo es el vino malbec? Cuando estamos frente a una copa de malbec, los primero que vamos a observar es su destacado color rojo violáceo con matices azules y negros, de una intensidad colorante alta. Luego, al acercar la copa a la nariz, podemos encontrar una amplia gama de perfiles aromáticos asociados a las condiciones específicas del terroir. En general, sus aromas recuerdan a aromas florales de violetas; aromas frutales como ciruela, cereza, mora; también aromas a tinta, grafito, anís, pimienta y en caso de haber sido añejado en barrica, pueden identificarse aromas a café, vainilla, o chocolate.
Cuando lo llevamos a la boca nos encontramos con taninos de mediana cantidad. Es de carácter suave y envolvente. Tiene una acidez media, algunos pueden poseer un cuerpo medio y otros un gran cuerpo, y la cantidad de alcohol oscila entre 13.5 a 15 %.
El malbec y su diversidad. El malbec es una gran vehículo para mostrar las características del “terroir” de donde proviene. La variedad es amplia, pero podemos tratar de identificar a grandes rasgos algunas características comunes de estos vinos de acuerdo a sus múltiples procedencias.
- Noroeste argentino (NOA) se destaca por su gran altitud, baja latitud y alta insolación en la región, lo que le da al malbec un color negruzco y mucha intensidad. Aromáticamente se caracteriza por fruta negra madura y mermelada, combinada con notas picantes de hierbas o pimientos, típicos de la zona. En boca presenta taninos marcados, excelente concentración, textura y muy buena longitud.
- En Mendoza, los departamentos de Luján de Cuyo y Maipú conforman la Primera Zona, la cuna del malbec. Aquí hay viejas plantaciones con un equilibrio notablemente bueno. El malbec de esta subregión tiene un color más rojizo y en la nariz destacan frutas rojas como ciruelas, cerezas, pasas y algunas notas florales dulces como la violeta. Los taninos de Luján de Cuyo son suaves como la seda y envolventes. También son más dulces en la boca.
- En el Valle de Uco, formado por los departamentos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos, tiene noches más frías y mayor altura. El malbec del Valle de Uco tiene colores más vivos, con tonos violetas. Aparece una paleta aromática más amplia de frutas rojas y negras, pero también sabores más ácidos como cassis, moras, frambuesas, grosellas, además de notas herbales como jarilla, lavanda, hierbas de campo, resinas e incluso algunas notas de grafito. En general, son vinos más finos con marcada acidez, lo que les da mayor frescura.
- El malbec de Patagonia alcanza muy buena madurez debido a las características de la región: alta latitud, menor altitud, sol y fuertes vientos. A menudo se perciben matices de color negro rojizo, y en la nariz se perciben aromas a frutas muy maduras, como bayas rojas dulces, mermelada, caramelo y pasas. En boca tienen altos niveles de taninos que dan textura y estructura a los vinos.
- La incipiente Región Atlántica se destaca por su pronunciada amplitud térmica, su proximidad al océano y la influencia de sus vientos marítimos, que le dan al malbec intensos colores rojos con tonos violetas. Aromas de regaliz, frutas rojas y la frescura del mentol. En boca se repite esta sensación de fruta y frescura, presentándose como un vino elegante, con taninos suaves y un final largo y delicado.