Cuarentena

Por Cutusú 

Y nos cerraron todas las vías de escape y ahora solo podés quedarte con vos. No hay afuera, no hay distracción, no hay ruido. Hay tiempo, hay hogar, hay espacio para ocuparte de lo que verdaderamente importa: VOS. 

Te propongo dejar la queja de lado y apagar las noticias. Conectate con las plantas de tu balcón o tu jardín. Prendé la música que te llega al alma y bailá sin miedo y sin tiempo. Podés mirar el cielo y agradecer el estar vivo. Podés leer un libro hasta el final porque tenés tiempo. Podés cocinar la receta de tu abuela, esa que es tan larga y nunca te hacés el tiempo para hacerla. Podés jugar un juego de mesa con tus hijos. Podés ordenar los roperos y sacar de circulación lo que no precisás más. Podés hacer yoga, meditar, escuchar tu respiración y después el silencio… Podés tantas cosas, apagá el teléfono y dejá de mandar esos mensajes negativos y alarmantes. 

Vivir para adentro es una aventura infinita y creativa. Depende de vos y siempre lo podés hacer. Que estamos en esta vida de paso lo sabemos todos, que el espíritu no muere también y que el cuerpo es solo la parte material en donde vive el espíritu por un ratito cortito, también. Entonces, por qué no vivir de esta manera y con la tranquilidad de que lo que no se ve es lo que verdaderamente importa. Y que las situaciones que vivimos o los problemas que tenemos nos sirven para evolucionar. Hasta que no aprendamos la lección, la vida nos pone en el mismo lugar una y otra vez. La ventaja es que una vez que aprendés eso que te cuesta tanto, ya está, dejás de andar en rueditas y todo se vuelve más fácil. 

Hoy no importa tu ropa, ni tu auto, ni tu trabajo, ni tus joyas. Nada de eso te sirve para pasar bien la cuarentena. Y cuando digo bien, me refiero a estar contento, agradecido y en la frecuencia del amor. Lo que sí importa es la Fe, es creer, es tu rezo, tu meditación, tu lectura y tu silencio. Todo lo que cultivaste para que tu espíritu florezca, hoy te sirve. Entonces te das cuenta de que ni el tiempo, ni el espacio importan y podés vibrar en una frecuencia más elevada. 

A mí me ayuda mucho tener un pequeño altar con los santos que me cuidan, con piedras, rosarios, un cuadro de una diosa india, flores y una vela prendida. A mi pequeño altar lo fui armando de a poco y siempre se suman cosas de viajes o regalos de personas especiales para mí. Cada vez que paso por el altar rezo o agradezco o pido algo. También tengo junto a la Virgen la foto de dos personas que murieron y que quiero mucho. Están todos juntos para cuidar mi casa y llenarla de la mejor energía posible. 

También me sirve meditar todas las mañanas, antes de salir de la cama. Si nos sabés meditar, podés hacer una meditación guiada de YouTube sobre el tema que quieras vos. También podés repetir una palabra muchas veces: paz, amor, gratitud. O te podés quedar en silencio escuchando tu respiración. Al principio te va a costar, pero después lo vas a necesitar. Es como rezar sin palabras, es conectarse con el Universo o con Dios. Es volver a nutrirse de una energía infinita. 

Otra cosa que me ayuda mucho es leer. Estoy feliz sabiendo que tengo todo el tiempo para terminar el libro. Hoy no tengo que trabajar, ni llevar ni traer a mi hijo, ni ver gente, ni vestirme para salir. Hoy voy a usar el tiempo para lo que me gusta: leer. Leo todos los días y varios libros a la vez, así puedo vivir muchas historias. Porque leer es vivir mil vidas. También escribo y hago que mi hijo escriba todos los días media hora, para que ponga en el papel todo lo que le pasa ordenadamente. 

Y claramente hago todas las tareas del hogar. Unas me encantan y las hago con mi hijo, como cocinar. Pero también hay que lavar, limpiar mucho, desinfectar, ordenar, lavar la ropa y planchar… Me ayuda un montón poner bien fuerte la música que me gusta, entonces todo se pasa más rápido. 

Entreno todos los días con una aplicación que se llama Magic fitness. Hay una persona del otro lado que me dice qué hacer exclusivamente a mí y es en vivo. Hay varios tipos de entrenamiento. Yo no soy fanática del gimnasio, pero desde que no puedo salir de casa entreno todos los días como un hábito impuesto, y también lo hago en familia. 

Lo mejor de la cuarentena es estar con las personas que más quiero: mi hijo y mi marido. Conectarme con ellos, saber qué les pasa, cuáles son sus miedos. Me río de mí todo el tiempo, de lo obsesiva que soy limpiando, de cuando me enojo, a veces hago videos con mi súper look de guantes de látex… Es que no soporto la vida sin humor. 

 

Seguinos!

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