Por Daniela Hearne
Como en notas anteriores, refresco brevemente un tanto el significado de la palabra tantra, como los orígenes de esta tradición.
Su etimología puede ser explicada dividiendo el término «tan”, expandir, seguida por el sufijo “tra”, que por lo regular se refiere a instrumento; por lo tanto, significa un instrumento (tra) para la expansión (tan). En su máxima expresión sería: expansión de la conciencia.
En lengua sánscrita significa también tejido o telar y se puede interpretar como que todo está interconectado, somos uno y estamos en función de una totalidad y de una continuidad.
Es una de las tradiciones orientales más antiguas, diversificada en infinidad de variantes, con características a veces muy diferentes.
Pero, verdaderamente, es un modo de vivir, un modo de estar vivos y es acerca de integrar los diferentes aspectos de la vida a un estado de decir “SI”. Sí a la vida, integrando las luces y las sombras, aceptando la totalidad de lo que implica estar vivos.
En este lado del mundo (Occidente), por desconocimiento o simplificación, asociamos la palabra tantra con sexo, casi como sinónimos. Y sexo es solo uno de la vastísima cantidad de aspectos que tiene la vida. Hay algunos que son tan importantes o más y que tienen que ver con el CORAZÓN, con la PRESENCIA, con la posibilidad de conectar con otra persona desde y a través del corazón, a través de escuchar al otro desde el corazón, sentir al otro, y la sexualidad sigue estos pasos.
Otro aspecto muy importante es simplemente volvernos más vitales, acercarnos a experimentar la vida en todo su potencial.
La cultura y la educación han generado en muchos casos que no sea posible vivir (integrar) la energía sexual, (que no es algo diferente de la energía vital), sucediendo como impacto la represión de este aspecto, con la desintegración y división que suceden como consecuencia. Cuando esta represión puede liberarse, nos volvemos más interesados en el presente, en estar aquí y ahora, en conectar con otros desde el corazón y en aprender qué es intimidad. Normalmente sabemos y estamos cómodos con pensar, pero hemos olvidado cómo conectar con lo que sentimos.
Muchos de nosotros estamos continuamente pensando, (todo pasando por la mente), entonces necesitamos reconocer nuevamente lo que sentimos, “vivir el cuerpo“, volvernos conscientes del cuerpo que se expresa SINTIENDO, para volvernos también conscientes a través de él, del cuerpo emocional. Tanto la práctica de Yoga Dinámico como de Tantra Yoga, indican un camino directo y concreto para recuperar pacientemente la posibilidad de volver a “vivir el cuerpo“ y al estar en contacto con lo que sentimos, recuperar la capacidad de estar en intimidad con nosotros mismos , y poder abrirnos a la posibilidad de estar en intimidad con otro.
De todos modos, no resulta fácil la intimidad con otro, estamos asustados, realmente la queremos, pero cuando sucede, nos llenamos de protecciones. El recorrido es difícil, ya que tiene que ver con permitir los sentimientos y sensaciones dolorosas sin intentar cambiarlos, solo así pueden ser integrados, usualmente tratamos de alejarnos de ellos, de separarlos, de apartarlos y así, quedamos siempre estancados en el mismo lugar.
Es un camino delicado, refinado; cuando abrimos el corazón nos quedamos vulnerables, deseamos eso profundamente, pero debido a las experiencias en el pasado, a dolores que vienen desde la infancia, nos sentimos amenazados, pero la consecuencia de transitarlo es la INTEGRIDAD, es recuperar el potencial vital, reconociendo en el Amor la sutil esencia de la que estamos hechos.
Al poder abrir el corazón, permaneciendo vulnerables y presentes frente a otro, es que empieza a tomar sentido la sexualidad o el sexo , como la expresión de la más profunda intimidad con otro ser, y desde ahí, buscar y encontrar si hay algo más que puede acontecer, algo más que los 10 segundos que puede durar un orgasmo; iniciando entonces la búsqueda de cómo acercarnos, cómo poder permanecer sintiéndonos vulnerables, cómo encontrarnos verdaderamente, cómo hacer circular energía, cómo darnos vida mutuamente.
Surge así la posibilidad de comprender que el sexo es algo mucho más grande, es una oportunidad de estar en paz con el mundo por unos momentos, al estar juntos…
Lo escrito aquí está basado en el privilegio que me da la vida de aprender directamente de la mano de grandes como Godfrey Devereux y Homa & Mukto. Como habitualmente, finalizo la nota con la invitación a leer este pensamiento de alguien que admiro muy profundamente:
CÓMO ABRIR TU CORAZON
No intentes abrir tu corazón ahora. Eso sería un movimiento sutil de agresión hacia tu experiencia inmediata. Nunca le digas a un corazón cerrado que debe estar más abierto. Se cerrará con más fuerza para protegerse, sintiendo tu resistencia. Un corazón se despliega solo cuando las condiciones son correctas. Tu demanda de apertura lo invita al cierre. Esta es la inteligencia suprema del corazón. En su lugar, inclínate ante el corazón en su estado actual. Si está cerrado, deja que se cierre; venera el cierre. Hazlo sentir seguro; seguro incluso para sentirse inseguro. Confía en que cuando el corazón esté listo, y ni un momento antes, se abrirá, como una flor en el calor del sol. No hay prisa para el corazón.
Confía en la apertura y en el cierre también; la expansión y la contracción; esta es la forma de respirar del corazón; seguro, inseguro, seguro, inseguro; la hermosa fragilidad de ser humano; y todo sostenido en el más perfecto amor.
Jeff Foster Sadhana Yoga Salta, dicta clases de Yoga Dinámico y Tantra Yoga a cargo de las profesoras: Marly Vigueras y Daniela Hearne.
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