Me ofreció café, y manjares para el paladar.
Su taller; un lugar donde quererse. Y quedar.
De conversación amena y palabra plena,
la artista se me hizo buena, ya antes de mirar.
Revela al hombre que duerme en la arcilla,
sin perder gracia o esconder verdad,
Hay un vacío donde van las letras,
que nombran aquello que sabe inspirar… la extimidad.
¿Como fue tu primer contacto con el arte?
De niña me interesaba todo aquello que se refiriera a la construcción, formación o creación de objetos, armar cosas con piedras, construir con cajitas… de una forma trasladarla a otra que tuviera otro sentido; además me crié viendo todo el quehacer de mi tía Elsa Salfiti, gran escultora, creadora de la Escuela Terciaria de Bellas Artes.
En un momento puso un taller y allí me mandó mi madre a la edad de 10 años; en la Escuela también me daba cuenta que me interesaba dibujar y que a mis dibujos les dedicaba esmero y me motivaba hacerlo, participaba en algún que otro concurso. El contacto con mi tía – ir a las exposiciones con ella, visitar su círculo de amigos – me ayudó a decidir antes de terminar el secundario estudiar en la Escuela de Bellas Artes Tomás Cabrera.
Estudié con mucha pasión y con mucho respeto desde el primer día.
En mi familia, todos estuvieron absolutamente honrados con esto. Mi tía fue realmente una artista que vivió y trabajó con mucha entrega, ella estaba por jubilarse… así que fue una gran alegría para todos.
¿Sentís tu actividad como una vocación? ¿Qué significa eso para vos?
La vocación pasa por definir algo en lo que vos te veas a futuro y lo ames o te apasiones lo suficiente como para que puedas seguir siendo plena con eso.
Yo nunca quise ser artista, quise hacer una obra lo suficientemente grande como para que pase alguien la mire y le sirva para algo, ese fue mi móvil.
El tema económico no es lo que tiene que determinar la decisión de estudiar una cosa u otra. No tengo una visión utópica o insensible de la realidad, pero creo que es importante intentar definir qué es lo que uno quiere ser o hacer en la vida.
¿Cómo fueron tus primeros trabajos? ¿Qué recordas de los primeros tiempos?
Cuando obtuve el título de maestra comencé a enseñar en el Departamento de Arte Infantil en el año 83. Después como trabajo final de mi carrera modelé en arcilla una “S” invertida, que se llamaba “El muro” en donde figuras humanas trataban de escalar, y, con permiso de la Municipalidad, la coloqué en una plaza; luego me pidieron que hiciera otra escultura y al poco tiempo me ofrecieron contratarme. Trabajé para la Municipalidad 5 años, haciendo obras de restauración, de mantenimiento y de creación.
En ese tiempo y durante once años trabajé en el INSPA (Instituto de profesorado de arte) enseñando escultura; de allí pasé directo a mi taller hasta el día de hoy.
¿Hay temas en particular que vos trabajes, que te interesen?
Siempre me interesó trabajar el tema del hombre en sí, en relación a su condición existencial y espiritual, espiritual en el sentido de trascendencia. Ahora, a la distancia, veo que el grueso de mi obra siempre tuvo el sentido del ascenso, del querer llegar, del mirar hacia arriba, de no quedarte en lo terreno necesariamente.
En el año 2004 inauguré una muestra que se llamaba “Espíritu de vuelo” , la idea era que todos tenemos como una “obligación” de volar; cada uno en lo suyo debe dar lo mejor de sí mismo y debe tener una postura de elevación frente a la realidad que le toque vivir; eran obras de distintas técnicas y estilos pero que aludían al vuelo en alguna medida. El resto de mi obra se mantuvo también en esa línea de pensamiento; a la vida hay que vivirla, no transcurrirla..!
¿Cuál es la función social del arte?
“Sirve” para algo; lo cual no entra dentro de las funciones útiles; no es una cosa útil, pero si me motiva cuando estoy triste allí lo es; como toda manifestación espiritual y sensible del hombre la idea es que pueda llegar al alma.
¿Qué me podés decir de tu proceso creativo?
No racionalizo mi proceso creativo por decisión. Hay varios tipos de formas del hacer, pero nunca me impongo un método. La escultura como arte en sí, ya tiene numerosos condicionamientos de orden estructural, entonces yo, ya tengo ese karma. Capaz por eso en el área de la creación no me impongo condicionamientos. El escultor necesita el espacio, el ámbito y ayuda.. y son condicionantes.
Yo concibo en tridimensión; siempre hice solo escultura y esto ponelo por favor: no hay nada mas lindo que la escultura!! Y pinto porque toda mi obra, excepto los mármoles, es policromada. A mí me gusta modelar en arcilla, luego tomo moldes, sea para piezas únicas, que son moldes de yeso, o sea para reproducción en series limitadas, y fundamentalmente trabajo en vaciados en resina, que son plásticos reforzados, y me gusta trabajar modelando primero, más que tallando, porque en el modelado tenes derecho al ensayo y al error: tenes una segunda oportunidad; en la piedra no tenes solución; siempre trabajé figuras humanas o formas que aluden a las mismas; el grueso de mi obra tiende a la figura humana; mi idea es que la obra llegue al otro, al groso de la gente, por eso me interesa la obra en espacios públicos, si de mí depende, que sea en lugares donde la gente tenga acceso. No me interesa el sentido de elite. El arte debe conmover no solo en lo sensitivo sino en lo intelectual. Se dice que el artista es individualista… se concibe la obra en el silencio y la introspección… y uno se pasa horas en su taller, uno y su obra.
¿Quién accede a las esculturas?
No te podría describir un perfil; escultura se vende muy poco. El arte no se hace para vender, se hace para presentar una propuesta de orden intelectual, sensible, espiritual.. si lo vendes en hora buena y si vendes mucho, en hora mejor; cuando yo hago una exposición, no pretendo vender, intento volcar mi autentico ser en mi obra, me prohíbo eso.
AMOR: es obligación estar enamorado de lo que sea.. puede ser de una persona o puede ser hasta del amor! Pero hay que intentar mantener esa actitud de plenitud que te da el amor porque es el motor que hace que nos relacionemos con todos los demás, vale la pena tratar de alimentarlo siempre, y es contagioso.
BELLEZA: no es importante la belleza como cosa bonita y agradable a los ojos, es casi como una mala palabra en arte, es muy relativa a las culturas, a las épocas, a las modas; no obstante hay un orden, una armonía que la naturaleza humana absorbe y distingue instintiva y naturalmente; hay componentes internos instintivos.
MUERTE: es la única certeza que tenemos en la vida, es algo absolutamente natural, por lo que todos vamos a pasar, yo tengo un sentido de trascendencia por mi condición de persona profundamente religiosa.
DESTINO: dentro de ciertas lógicas, lo define uno, dentro de ciertas condiciones. Uno puede guiarlo, aún con los imprevistos, me adapto. Uno no debe condicionarse, sino provocar situaciones que hagan que tus objetivos puedan llegar a alcanzarse, que es la parte mas difícil, es el camino mas largo pero el más interesante.