Se dice que los viajes se hacen tres veces: cuando se los prepara, durante y en el recuerdo que nos deja la experiencia vivida. Y ese recuerdo se hace más fuerte con el paso del tiempo. Y como recordar, del latín re-cordis, es volver a pasar por el corazón, en épocas de limitaciones de movilización, rememorar viajes es, de alguna manera, volver a vivirlos y emocionarse.
Nuestro país está lleno de lugares, ciudades y paisajes tan diversos y ricos que sería muy difícil seleccionar uno. Pero lo intentaré.
El vino, James Turrell y un viaje de luz
La provincia de Salta, en el norte argentino, se abre en impactantes escenarios naturales. Los Valles Calchaquíes, con su infinidad de matices y texturas, son el escenario perfecto para detenerse a observar cómo el sol modifica, a cada instante, los colores de los cerros. El Parque Nacional Los Cardones recrea un paisaje único como anticipo de la llegada a Cachi. Esta localidad, llena de encanto, es visitada por miles de turistas en toda época del año. Desde ahí queda un último tramo que vale el esfuerzo transitar para arribar, finalmente, a la Bodega Colomé.
Entre magníficos viñedos, situados a una de las mayores alturas del mundo, 2300 msnm, la bodega produce vinos desde 1831. En la planta de elaboración y degustación se puede entender el largo y delicado proceso del vino. Sentarse en las terrazas, admirar los interminables viñedos, compartir una copa de malbec y admirar las montañas son los momentos de mayor belleza del viaje. Pero el punto fuerte del paseo es el Museo James Turrell. El mismo, ubicado dentro del predio, pertenece a “The Hess Art Collection” y es el único en el mundo dedicado exclusivamente a la obra del artista.
James Turrell (California, 1943) tiene una larga trayectoria de varias décadas de investigación en temas relacionados a la luz. De profesión arquitecto, ha desarrollado una sólida carrera en todo el mundo utilizando la luz como materia principal de su obra. Las instalaciones lumínicas inmersivas que crea Turrell envuelven al espectador en sensaciones visuales y sensoriales difíciles de expresar en palabras. Enormes espacios iluminados introducen al visitante a una experiencia donde lo visual crea una extraña sensación de introspección. Se confunden los sentidos al no tener referencias de los límites del espacio, ni aristas, ni bordes, y sin ver desde dónde se emite la luz. La ausencia de objetos y de sombras hace parecer cercano lo que está lejos o lo que se podría tocar no es más que un efecto intangible de luz en el aire. Estas interacciones de espacio, color y percepción son la base de sus instalaciones, donde la inmaterialidad de la luz despierta los sentidos y crea un ambiente casi mágico.
Para abordar la obra de Turrell no hay que saber de arte ni entender cómo funciona la luz. Solo hay que dejarse llevar, a través de los sentidos, a un mundo de ilusión y fascinación.
Paisajes impactantes, con el cielo pintado de azul, excelentes vinos y la experiencia lumínica, son la combinación perfecta para un día de paseo por Salta, la linda.
Fernando Mazzetti
Diseñador de iluminación
Agradecimientos: Patricia Cerrizuela, BP Soluciones eléctricas confiables