Pensar en el té me remite al amor de la casa de mis abuelas, las meriendas con esas tortillas en forma de rombo con dulce casero en lo de Imelda y con las galletitas pintaditas, como
le decíamos con mi hermano a los anillitos, en lo de la Chiqui. El té era la bebida por antonomasia. De más grande, me di cuenta de que muchos en mi círculo de amigos también compartían la costumbre del té, a pesar de los fundamentalismos del mate o el café.
El salteño es bien del té. No hay plan más auténtico que los “tés” en casa de amigos, donde cada uno lleva algo rico para acompañar, mientras que el o la anfitriona de turno tienen el honor de preparar la mesa para cuando lleguen los invitados. También está el clásico de las señoras en las confiterías del centro, tomando té con torta, el plan social número uno, en una ciudad pequeña, donde es costumbre salir de paseo por la tarde.
Cuando me fui a estudiar teatro a Córdoba, encontré el trabajo de mis sueños para compaginar con mis estudios, en el primer tea shop de la ciudad. Ahí fue donde descubrí que esta costumbre, más que a rituales ancestrales, está arraigada al deseo de encuentro y conexión con otros o con uno mismo en el aquí y ahora, a través de una simple taza de té. Supe que, como la mayoría de los grandes descubrimientos del mundo, el del té fue por accidente en manos de emperadores, de China, Japón o India, según dónde se cuente la leyenda.
También aprendí que nuestro “té de té” es el que más se parece al English Breakfast, que desayunan los ingleses y que siempre es té negro. ¿Pero existe un té de otro color que no sea negro? Todos ustedes me estarán respondiendo, claro que sí, también está el verde, o el blanco, que es conocido como “el de la belleza” por su altísimo nivel antioxidante, el rojo que complementa a toda buena dieta o el azul, oxidado a medias. Esta bebida ancestral es el resultado del licor de las hojas de la Camelia Sinensis, infusionadas en agua caliente. Si bien hoy en día existen jardines de Camelia Sinensis alrededor del mundo, los más grandes y significativos son los de China e India. El té negro se produce en Ceylán, Sri Lanka, Darjeeling, mientras que el verde tiene orígenes en Japón y China. Un dato de color: sabemos que el proceso del té rojo consiste en que luego de la oxidación, es fermentado, pero no mucho más, ya que es considerado secreto de estado en China. Como buenos conocedores y consumidores de vino, sabrán de qué hablo cuando digo “blend” y si no, les cuento que así se les dice a las mezclas. Por ejemplo, el clásico Earl Grey es uno de los blends más populares del mundo. Es de los primeros que consumieron los ingleses. Se llama así por un conde británico llamado Grey, a quien le llegó un cargamento de té negro que -otra vez por accidente- se mezcló con aceite de bergamota. Al conde le gustó el resultado de la combinación y así se abre paso al blendeado de té, allá por 1830.
El mundo del té, más allá de estar relacionado directamente con lo tradicional y medicinal, es un universo cada vez más ecléctico y experimental. Ya no es todo té, sino que también entran en escena las infusiones o tisanas, poderosas, antiguas y no sólo europeas. Ya son de paladar popular nuestras mentas, la peperina cordobesa, el burro, el poleo, nunca olvidarse de la yerba mate y el rooibos sudafricano que es descafeinado, ideal para el consumo de niños y deportistas, por sus aportes de flúor, potasio, magnesio y calcio.
Hoy en día existen tea shops alrededor del mundo y se han creado mezclas de lo más raras y exóticas a base de todos los tipos de té. Quedó lejos en el tiempo la idea de “si estás enfermo tomate un tecito”. Después de unos años de trabajar en Córdoba, con mi familia decidimos abrir un Tea Shop en Salta. Papá, mamá, mi hermano y yo somos consumidores de té de toda la vida y creemos que “tomar el té” es bien salteño. Hoy en Salta podés encontrar tés puros de alta calidad de China, India y Japón. Blends exóticos, florales, frutales. La experiencia del té se convirtió en algo multisensorial. Involucramos los 5 sentidos en una sola taza y hasta se consume el clásico de Hollywood “Chi Latte”, té negro con mix de especias como canela, clavo de olor, cardamomo, jengibre infusionados en leche espumosa, bien a lo hindú.
En verano, el iced tea es la mejor opción para hidratarse de una manera rica y saludable. Perfecto para reemplazar bebidas azucaradas. Ahora que vivo en España, cuando tomo té, me teletransporto a Salta.