Por Chema
El sábado acaba de marcharse, hace frio y son las 00:10 de la noche. Los músicos de la banda se preparan desenredando cables y renegando con algún acople. Pero una vez en el escenario, es imposible despegar la mirada de Rocío. Antes de escucharla cantar se percibe en su concentración que esta apunto de darlo todo en el show. Minutos después, las sospechas se confirman y uno acepta de inmediato que esta escuchando una voz que viene desde un espíritu moldeado por el arte.
¿Siempre fue la música tu camino?
Empecé estudiando en Salta, desde muy chiquita, a los 6 años. Tuve mi primer banda de rock a los 11. Después pase por el heavy metal, blues, jazz y rock. Terminé en Buenos Aire cantando blues y jazz, mas que nada. Me recibí como vocalista en el ITMC (Instituto Tecnológico de Música Contemporánea), después estudié arreglo y composición de tango y folclore en el conservatorio de Juan Manuel de Falla.
Por todos los caminos que experimentaste en la música, ¿es el jazz el que más te cautivó?
Tuve docentes muy talentosos y ellos venían del jazz. Rigantti, Oscar Giunta o el “Pato” Carpossi eran personas con el jazz muy adentro. Y ellos nos daban ejercicios que eran sobre desarrollar, estudiar, investigar partes teóricas usando como estándar el jazz. Empecé a estudiar la música desde el jazz. Y descubrí, aparte de otras riquezas, que tiene un encanto muy particular en la improvisación. Me encantó y me adentré en esa invitación a ser libre, en esos compases de improvisación. Probarme que era capaz de hacer. Es todo un desafió y me enamoré de ese estilo.
¿Hay prejuicios sobre el jazz?
Si, esta la idea de que es música difícil. Que esta lleno de notas y ritmos, pero el jazz, debería ser mas valuado por su capacidad para llegar al alma. Mas allá de si se ejecuta con trompeta, piano o canto, tienen un canal más directo para conectar. Es como que podés ver lo que te dice, te conmueve.
¿El jazz te forjó el estilo con el que cantas? Porque tenés mucha impronta visceral, muy desde adentro.
Si, me ayudo a entender la música. Yo venia mas cerrada en concepto canciones y poesía. El jazz me dio ese extra en el lenguaje. Uno se expresa en el ahora, en lo que tenés para decir. Eso te expone, no podés copiar. Es lo que sos, no sirve lo que fuiste o serás. No es muy normal, porque no hay muchos lugares seguros.
En tu primer disco, “Ocho”, se nota el jazz en tu canto, pero no tanto en la música. ¿Cómo fue esa decisión?
Es que no lo hice pensando en mí, sino en un lenguaje más popular. Quise probarme en otro lugar, con canciones y estructuras mas definidas, muy diferente a lo que hablábamos del jazz. Pop electrónico con súper estructura y letras súper fáciles eran ese otro camino. Inclusiva esta “No puedo ser como ellas” que es de esas pegadizas. Entonces trate de jugar para el equipo contrario. Le experiencia fue muy buena. Le di la oportunidad a escuchar a otros, como fue en ese momento mi productor.
¿Te reconoces en “Ocho”?
No me desconozco, pero no me identifico. No es que me arrepienta, para nada. Solo que ahora tengo un camino más personal. “Ocho” fue jugar a un mundo de plástico.
En el circuito de pubs te solemos ver con “Fat Family”, con interpretaciones excelentes de jazz, blues, soul y funk. ¿Va por ese lado tu nuevo disco?
No, es diferente. “Fat Family” es una banda de amigos y tocamos para entretener. No es algo tan personal, tan artístico. Desde ese lugar. Pero el nuevo material, que estoy haciendo con Diego Mamaní (productor), son canciones donde el hizo las bases electrónicas y yo las letras. Me anime a escribir sobre los sueños que tengo. Ahí tenés una distancia grande con el primer disco. Hay un montón de flash vocal. De repente puedo estar prácticamente recitando y de pronto empiezo a gritar al estilo Pink Floyd. Hay cosas de blues y de norteño folclórico, dentro de procesadores y emuladores que hacen que el sonido viaje con colores más electrónicos generándome algo super nuevo y divertido. Hay mucho amor y creatividad. Mucho trabajo. Somos los dos nada mas pensando en todo, en el bajo, la batería, todo.
¿Se podrá reproducir en vivo después?
Esperemos que se pueda. Porque hay un millón de voces (risas). Usaremos pistas, ¿porque no?
¿Te ves mas como cantante o compositora? ¿Le das prioridad a alguna?
Siento que en la música tengo un servicio, un trabajo, una vocación. Quizá cuando me veo mas en el entretenimiento aparece más la cantante. Pero tengo otro trabajo en la música, desde lo que tengo adentro, sin pensar en los demás, ni siquiera pensar en mi como cantante. Es mas bien la artista. Lo que uno tiene para canalizar en la voz, en la letra, en la canción.