“El clic-clac de la tijera es el clarín de una nueva vida que despierta a la parra de su somnoliento letargo y le dice, presurosa,: arriba!”
Podríamos decir que la poda es la domesticación que el hombre hace de las plantas.
La naturaleza poda según las necesidades que vaya teniendo, en general, relacionadas con la sanidad, cuando una rama se enferma la planta la desprende para proteger al resto, en cambio el hombre cuando poda, lo hace con un fin que puede ser estético, productivo, de mantenimiento, de rejuvenecimiento. Es muy importante conocer cómo se comporta la especie a tratar. Debemos saber sobre el proceso de crecimiento de las plantas antes de tomar las tijeras y definir qué técnica de poda utilizar.
Básicamente la poda es una técnica que usa el hombre para cuidar la sanidad de las plantas y potenciar su crecimiento o producción de ramas, hojas, flores o frutos.
El invierno es la estación cuando generalmente se realizan las podas, debido a que las plantas al bajar las temperaturas entran en reposo y tienen menos sabia circulando, lo que hace que la herida que se provoca no se transforme en la puerta de ingreso de enfermedades. Esto generalmente ocurre cuando tratamos con plantas leñosas y de hojas caducas. Pero también hay una poda que se lleva a cabo en primavera o verano, cuando la planta está en plena actividad, y que tiene otros fines.
Entonces, podar no es solo tomar las tijeras y cortar, hay que considerar algunas reglas básicas para que el trabajo sea beneficioso para la planta y lograr eficiencia con el objetivo que tenga la poda.
Podemos hablar así de:
Poda de formación: se la hace en los primeros años de plantación, mientras la planta es joven, su finalidad es equilibrar el árbol, arbusto o enredadera y también estimular el crecimiento.
Poda de limpieza: se la realiza para cuidar la sanidad de árboles o arbustos y en las herbáceas para que permanezcan compactas y prolongar su floración. Se sacan las ramas secas o enfermas, las ramas que se cruzan demasiado y no dejan pasar la luz y el aire. Se retiran las flores marchitas, así evitamos la formación de frutos y semillas que no tengan valor ornamental.
Poda de rejuvenecimiento: es una poda drástica, se quitan las ramas más viejas desde la base, con esta poda se estimula la producción de nuevas ramas jóvenes y vigorosas.
Poda de floración y fructificación: en este caso buscamos tener flores y frutos más grandes o en mayor cantidad.
Poda artística: se usa para desarrollar el arte topiario. Consiste en usar la poda para darle a la planta la forma que se desea, esto requiere de tiempo y podas sucesivas hasta llegar a la figura final. Se requieren varios años de manejo muy estricto para lograrlo.
¡Pensar que todas las plantas deben ser podadas y hacerlo en todas por igual es un error!
Por ejemplo, saber cuándo florece la planta que se está por podar es vital, porque, tal vez, por hacerlo en un mal momento perdemos la floración ese año. Lo mismo ocurre con los frutos, si son comestibles y podamos cuando recién se están formando, nos quedamos sin cosecha.
Otras veces, si se podan las herbáceas muy temprano, con las temperaturas elevadas que estamos teniendo en el invierno rebrotan fácilmente, pero al llegar las heladas tardías se queman los brotes nuevos.
Algunas plantas necesitan ser podadas intensamente porque florecen sobre ramas jóvenes, entonces cuanta más brotación tengamos, más flores lograremos. Por el contrario, otras especies desarrollan sus yemas florales sobre ramas viejas, si las podamos intensamente todos los años no florecerán o lo harán con poca intensidad.
El buen manejo que se haga con la técnica de podado redunda en beneficios a corto y largo plazo para la planta. Una planta bien manejada es más sana, produce mejor y prolonga su vida útil.
La herramienta fundamental de la poda son las tijeras. La tijera que vamos a elegir depende del trabajo a realizar, puede ser que necesitemos 2 tipos distintos a la vez. Algo a tener en cuenta al comprar es el peso que tienen para que nos resulte amigable su uso. Hay tijeras de mango corto y de mango largo y en cada tipo encontramos hojas con distintos filos y cortes. Generalmente, con una tijera mango corto podemos cortar ramas tiernas o las que tienen hasta 3 o 4 cm de diámetro; si la rama es más gruesa se deben recurrir a las de mango largo que nos permiten multiplicar las fuerzas. En ambos casos la hoja de corte es corta y ancha.
Para las ramas más gruesas y leñosas se necesitan serruchos curvos, para no dañar las tijeras ni las ramas. Los serruchos de carpintero no funcionan para podar ramas verdes.
Si lo que vamos a podar son cercos formales, debemos usar tijeras mango largo, con hoja también larga.
El machete no es una herramienta adecuada para la poda, aunque sea de uso frecuente.
Las tijeras deben estar bien afiladas, para que el corte sea los más limpio posible. Hay que pensar que cada corte es una herida para la planta, fuente de ingreso de enfermedades, por eso es importante que no se desgarren las ramas al cortarlas.
Básicamente la poda es una técnica que usa el hombre para cuidar la sanidad de las plantas y potenciar su crecimiento o producción de ramas, hojas, flores o frutos. Para hacer un buen corte, la hoja fina de la tijera, que es la que tiene el filo, debe quedar arriba para hacer el corte y la hoja gruesa abajo, para recibirlo.
El corte debe ser limpio, a 45o y hacia afuera, de esta manera permitimos que las gotas de agua deslicen y caigan, evitando la acumulación de humedad en la zona, lo cual puede ser propicio para la aparición de enfermedades.
Una vez terminadas de usar las tijeras debemos tener el hábito de limpiarlas para guardarlas
y dejarlas listas para la nueva ocasión.
Algunos jardineros usan guantes cuando realizan la poda, una buena práctica para cuidar nuestras manos. Cuando se podan plantas con espinas son buenos los de cuero, estos también protegen las ampollas que pueden sacar los mangos cuando se deben podar muchas plantas. Para las podas menos agresivas con unos guantes de goma o algodón estamos bien, hay mucha oferta en el mercado para elegir el más cómodo.
La poda es un arte y existe más de una respuesta a cómo se lleva adelante. Debe llevarse a cabo por personas formadas y con experiencia, para que no se transforme en mutilación de plantas, algo muy común de ver en el arbolado urbano y en los mantenimientos que se hacen en los espacios públicos.
«A las manos del podador rindo yo mis benditos honores por ayudar a traer hasta la tierra de aroma incomparable de vinos y licores». Poema de FLANCO.
Por Laura Masó