Por Sofía Selvaggi
En los últimos años la palabra sustentabilidad comenzó a sonar fuerte en todos lados. Poco a poco vamos concientizándonos aún más acerca de nuestro planeta y cómo nuestras acciones del día a día lo dañan. Lo más importante de esto es saber cómo reducir al mínimo la contaminación cambiando hábitos pequeños como separar la basura, por ejemplo, ya que consumir vamos a hacerlo siempre. El rubro textil es el segundo más contaminante, después de la industria del petróleo, y esto es algo que antes no se sabía. Pero en los últimos años algunas marcas de ropa y ONG ́s comenzaron a destapar esta situación.
Es una industria que esclaviza, que contamina, que genera muchísimo desperdicio. Sobre todo, se habla de las marcas multinacionales, pero en mayor o menor medida, todas lo hacen. Ahora que lo sabemos, ¿qué podemos aportar nosotros para este cambio?
Nosotros tenemos que actuar como consumidores responsables, y ¿qué significa esto? En primer lugar, tenemos que dejar de comprar ropa en oferta solo porque es barata, hay que ser más conscientes de qué es lo que estamos comprando y el uso que le vamos a dar. No sirve de nada tener ropa acumulada en el placard y no usarla, porque no dimensionamos que nosotros somos quienes generamos que la industria funcione como lo hace actualmente. Deberíamos pensar también, si es tan barato, entonces ¿cuánto costó producir esta prenda? ¿Qué tipo de tela se utilizó?
¿Cuánto ganan quienes lo cosen? Estas y algunas más son preguntas que deberíamos hacernos cada vez que salgamos a comprar ropa. Esto tampoco quiere decir que las marcas caras son más transparentes en cuanto al proceso de diseño, y justamente por esto, es que es tan difícil cambiar la industria desde nuestro lugar de consumidores.
Por otro lado, la búsqueda de información es tan importante como el consumo. Esto es algo que generalmente no se muestra, aunque día a día aumentan las marcas que buscan cambiar la industria mostrando los procesos de producción y cambiando ciertos puntos débiles que esta tiene. Por esto, tenemos que elegir marcas transparentes, que intenten desde algún punto ya sea la moldería, el taller, el transporte, el empaquetado, cambiar lo que se está viviendo y como se está desarrollando.
Tampoco tenemos que pasar por alto que todos estos procesos suelen ser más caros, pero tenemos que entender que el precio lo vale, que lo vale para nosotros y para todos los que están detrás de una simple remera.
Si uno se pone a analizar a fondo la sustentabilidad no encuentra una salida posible, porque es todo un cambio cultural el que debe hacerse para dejar de contaminar y de esclavizar. Dejar de consumir, eso sabemos que no es posible. Entonces volvemos a preguntarnos qué podemos hacer para cambiar todo lo que está sucediendo?
Lo más importante es ser conscientes e intentar desde nuestras acciones de todos los días a mejorar la situación en la que se encuentra nuestro planeta y las personas con bajos recursos que acceden aunque sea por un pago mínimo a trabajar y dedican su tiempo y esfuerzo para algo que quizás nosotros, quienes lo consumimos, no sabemos todo lo que significo esa prenda que lleva meses colgada en una percha.
Nuestro pequeño aporte puede hacer grandes cambios, también hay muchas ONG que luchan por este cambio, una de las más conocidas es Fashion Revolution que busca un cambio radical en la industria desde la explotación de personas hasta la contaminación y destrucción del planeta.