Por Gloria Puerari – Proforma – Masoterapeuta, instructora de pilates, reikista, esferodinamia.
Deán Funes 1380
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Esta terapia combina el masaje terapéutico tradicional con la aplicación sobre la piel de piedras a distintas temperaturas para facilitar que fluya la energía vital y aliviar así trastornos físicos y emocionales.
El uso de piedras calientes se remonta a 2000 años atrás, con diferentes técnicas en todos los continentes. Una de las teorías de su origen afirma que fueron las antiguas culturas de Grecia y Roma quienes comenzaron a usarlas en los baños romanos. Aunque también hubo quienes las usaron como protección y fuente de fuerza.
¿Qué es un masaje con piedras calientes?
El masaje con piedras calientes es una relajante terapia de origen oriental que trabaja no solo en el plano físico, sino también en el mental, ya que ayuda a relajar tensiones musculares y a conseguir un perfecto equilibrio energético.
Para la realización de este masaje se utilizan piedras lisas de origen volcánico que se deslizan sobre la piel mediante un relajante masaje. Posteriormente, se colocan ejerciendo una ligera presión sobre los chakras, los meridianos o los puntos de acupuntura presentes en la espalda, cara, brazos y piernas, activando de esta forma el flujo vital y consiguiendo una completa armonía con uno mismo.
Beneficios de un masaje con piedras calientes
La temperatura de las piedras promueve la mejora de la circulación sanguínea, la eliminación de toxinas y la relajación de articulaciones y músculos rígidos o doloridos. También se puede combinar el uso de estas piedras calientes con el de piedras frías. La alternancia de temperaturas sirve para estimular aún más el riego sanguíneo.
Este masaje se puede compaginar, si se desea, con otras técnicas de masaje para aprovechar la situación de relajación de los músculos.
- Mejora las funciones de nuestro organismo, reduce los dolores crónicos especialmente los óseos y musculares.
- Elimina las toxinas del cuerpo.
- Ayuda a equilibrar el sistema nervioso y mejora la circulación sanguínea.
- Nos ayuda a relajarnos; mediante el correcto flujo de la energía, armonizamos cuerpo, mente y espíritu, y esto permite reducir notablemente nuestros niveles de estrés.
- También tiene numerosos efectos estéticos visibles, ya que revitaliza, oxigena e ilumina la piel. Esto es una consecuencia de la mejora de la circulación sanguínea y de la eliminación de toxinas, que contribuye a reafirmar los tejidos y hace que la piel tenga un aspecto mucho más terso y saludable.
- Muchos aseguran que elimina las malas energías gracias a las propiedades de las piedras volcánicas.
Este tipo de terapia está especialmente recomendada en aquellos casos de problemas nerviosos como el estrés, la ansiedad o el insomnio, para los problemas circulatorios, y para aliviar los dolores musculares y articulares. ¡Se trata de uno de los tratamientos más relajantes que existen!