Mantener una rutina de cuidado facial es importante para combatir el envejecimiento y lograr una piel saludable. Andrea Romina Nicita, farmacéutica M.P. 908, nos ofrece algunos consejos para lucir una piel sana y joven.
Para que una rutina de cuidado facial sea efectiva debe contar con tres pasos indispensables: limpieza, hidratación y protección solar.
LIMPIEZA
Es el paso más importante de todos. La piel debe estar libre de suciedad, sebo, células muertas y restos de cosméticos para asegurar que los productos que se coloquen luego penetren en las distintas capas. La elección del producto de limpieza dependerá del tipo de piel y gusto del consumidor. Existen geles, leches, espumas, aguas miscelares y aceites. Este paso se debe realizar dos veces al día, por la mañana y por la noche.
El uso de esponjas y cepillos de limpieza facial está indicado para aquellas zonas donde se acumula más sebo, como nariz, frente y barbilla, ya que ayuda en la limpieza de los poros. Es recomendable limitarlo a una o dos veces al mes para no irritar la piel. El cuello y el escote deben recibir el mismo cuidado que el rostro.
Como complemento de los productos de limpieza, se encuentran las lociones tónicas, que equilibran el PH de la piel luego de la limpieza. Lo ideal es colocarlas directamente con las manos en pequeños toques.
HIDRATACIÓN
El cuidado del contorno de ojos y el resto del óvalo facial no es el mismo. La piel es mucho más fina y en el contorno de ojos es donde primero se manifiestan los signos del cansancio, las líneas de expresión y las arrugas.
El producto que coloquemos en esta zona se debe aplicar a toques con las yemas de los dedos, sobre el hueso periorbital, desde adentro hacia afuera. No es recomendable ni necesario aplicarlo directamente sobre las ojeras o bolsas, ya que los químicos son capaces de migrar hacia esa zona. Hay que evitar la parte móvil del párpado, que es muy permeable, capaz de absorber el cosmético haciendo que penetre en el ojo y provocar una irritación.
La hidratación en el resto del rostro puede realizarse con una variedad muy amplia de productos. La elección se hará según tipo de piel, necesidades y forma cosmética. Existen ampollas, sérum, cremas, emulsiones, geles. En las ampollas y serum, la concentración del activo es mayor que en las cremas, actuando como potenciadores de estas. Según la necesidad de la piel, se colocará solo la ampolla o el serum como producto único, o se complementará luego con una crema o gel.
La indicación de uno o dos productos se pauta según la necesidad de la piel. En todos los casos la colocación del producto debe ser de forma ascendente, de adentro hacia fuera; en la zona del cuello, de abajo hacia arriba, dibujando un 7 hacia las orejas.
El cuidado nocturno de la piel no tiene por qué ser igual al del día. Durante la noche la piel se regenera, por ello, la limpieza nocturna es importante. Si bien no se debe dejar de hidratar la piel durante la noche, es conveniente el uso de activos cosméticos que ayuden a la renovación celular, la cual se ralentiza con la edad.
PROTECCIÓN SOLAR
Los dermatólogos aseveran, sin duda alguna, que el fotoprotector es el mejor producto antiedad que existe. Invierno o verano, nublado o soleado, cuando se utiliza a diario la protección solar se tiene recorrido el 80% del camino para prevenir el envejecimiento. Este porcentaje varía, no obstante, en función de factores hormonales, cronológicos y ambientales, como estrés, tabaco o alimentación.
La radiación UV es la causa más frecuente de daño cutáneo. No solo produce manchas, lesiones precancerosas y cáncer de piel, sino que daña el colágeno y la elastina de la dermis, lo que desemboca en arrugas, adelgazamiento de la piel y capilares visibles en zonas fotoexpuestas. Para prevenir esto, el ritual “crema hidratante/fotoprotector/ maquillaje” es la secuencia más común y recomendable. Usar un fotoprotector con color nos ahorra la base de maquillaje y se puede reaplicar durante el día sin estropear el maquillaje. No hay excusas para no usar protector solar.
Hoy existe una amplia variedad de texturas. La elección del producto se debe hacer en base al tipo y fototipo de piel, si es para un niño o adulto, si es facial o corporal, y si será de uso en ciudad, playa, montaña o nieve. Existen geles, emulsiones ricas en agua, fluidos o compactos oil free, aerosoles y en spray ideales para hacer la reposición, resistentes al agua y aptos para colocar sobre piel húmeda. También se consiguen formulados con filtros físicos y minerales para pieles sensibles e intolerantes, y combinados con filtros químicos que mejoran su aspecto cosmético.
Cada vez son más los hombres y las mujeres que se dedican al cuidado de la piel, pero ante tal oferta
de cosméticos diferentes es muy fácil equivocarse y emplearlos de forma incorrecta. Para evitar esto, es indispensable hacer una consulta dermofarmacéutica que te permita conocer tu piel y armar una rutina de cuidado adecuada a tus necesidades. Farmacia San Francisco te acompaña en este camino mediante una consulta profesional en Deán Funes 596. Tu piel te lo va a agradecer.