El licenciado en Psicología Matías Rapallini, estuvo en Salta y revista abc conversó con él para conocer en detalle, qué son las constelaciones familiares, este método terapéutico al que tanta gente acude para solucionar conflictos.
Matías Rapallini es licenciado en Psicología Sistémica y Terapeuta en Constelaciones Familiares Constructivas y hace 15 años que se desarrolla profesionalmente en este ámbito. Llego al mundo de las Constelaciones Familiares a través de su trabajo para una empresa de venta directa donde se encargaba de las capacitaciones en la parte de Recursos Humanos, hasta que se concretaron distintas oportunidades para dictar talleres por ejemplo en: Buenos Aires, Mar del Plata, Mendoza, Salta, Jujuy, Córdoba, Tucumán, Corrientes, Resistencia Chaco, Rosario, España, México y Lima Perú.
“Un día llego un asesor y me dice Matías porque no probas de usar esta herramienta que es nueva y te puede servir, yo sin saber a lo que iba porque lo asociaba con los planetas que es lo que les pasa a todos, fui y me pareció muy interesante. De ahí empecé a estudiar y la pude volcar en mi trabajo, realmente fue espectacular por todas las cuestiones que experimente”.
Sobre qué son las constelaciones familiares y sus orígenes nos contó, “es un método terapéutico desarrollado por el Psicoterapeuta Alemán Bert Hellinger que trabaja a un nivel muy profundo del alma y no sólo con la persona que hace su sesión de constelación, sino también a nivel de todo su Sistema. Esto significa que si una persona tiene la intención de sanar, los demás miembros del Sistema se benefician, aunque no estén presentes. Es importante saber que el método no solo sana a las personas que se le constela, sino que también sana a las personas asistentes”.
Según Rapallini, hay dos maneras de constelar una grupal, que debería reunir a un grupo mínimo de 10 personas o individual y ahí se trabaja con elementos, que pueden ser palitos, sillas, o cualquier elemento representativo de una persona o situación. Se trata de una experiencia 100% vivencial. “En caso de que sea grupal, el trabajo se centra en el sistema familiar con la ayuda de participantes del taller que representan a los miembros de ese sistema sin que sea necesaria la presencia de todas las personas involucradas en la problemática. Así, mediante la ubicación de los representantes en el espacio, se configura una imagen acerca de cómo están relacionados en su sistema familiar. Van interactuando y ahí podemos ver si hay algún conflicto”.
A diferencia de las terapias convencionales, cada taller es único, por lo que es posible concurrir una sola vez o con la frecuencia que se desee. Sobre esto nos comentó, “vos constelas y tenes que dejar un tiempo porque ese trabajo se empieza a mover a partir de la constelación. Siempre recomiendo que sigan yendo al menos como representantes, porque eso es lo que muchas veces te ayuda a mover esa energía que está trabada. Entonces por ahí te eligen para representar un conflicto que vos tenes para sanar. Por ahí constelando para alguien estas trabajando tu tema”.
Por otra parte agregó, “por ahí lo que se viene trabajando en una terapia tradicional lo analizas un año y decís ´estoy en el mismo lugar´, en cambio con una constelación tenes un movimiento y podes ver muchas más cosas y tomas decisiones. He visto gente que viene con depresiones que no podían ni hablar y sale con un cambio de 360 grados”.
Las constelaciones ayudan a resolver todo tipo de dificultades: con la pareja, los padres, hermanos o hijos; en relación a la salud; jurídicas, de índole laboral o económico, trastornos de ansiedad, entre otras. “Siempre digo que cada uno tiene que hacerse cargo de los procesos y tiene que tener la decisión de cambiar porque no se trata de entregarme tus problemas para que yo los solucione, vos lo tenes que hacer. La constelación lo que te permite es ver y vos te tenes que hacer cargo, después la decisión si lo que queres cambiar es tuya. Yo no voy a solucionar nada que el cliente no quiera solucionar”.
Casos concretos son, por ejemplo, la búsqueda de la superación, “suele pasar que me diga ´no sé qué me pasa con mi vida, estoy viendo si quiero estudiar, casarme o viajar´. De ahí uno elige un representante para cada situación y partir de eso vamos viendo donde te lleva la energía, donde empatizas más”.
Otro ejemplo común son los conflictos con niños, “muchas veces son ellos los que se ocupan de cuidar al papá o a la mamá, entonces por ahí cuando se enferman mucho hay que ver que es lo que está pasando y de que se está haciendo cargo. Podría ser que la mama está en un proceso de tristeza y el nene dice yo tengo la fuerza, me hago cargo de tu tristeza y en la constelación se destraba esa situación”. A lo que agregó, “es una experiencia fuerte, uno trata que el cliente se conecte, sienta. Todos de alguna manera trabajamos, mas allá de que seamos representantes o estemos en el lugar, trabajamos en el mismo campo, todos somos parte de cada constelación que se va haciendo”.
Este método también se aplica a empresas y es mucho más dinámico según explica Rapallini, se abordan situaciones tales como, decisiones que se deben tomar en el entorno de empresa, revelaciones no evidentes en la organización, simulación o consulta de planificación o proyectos nuevos, toda situación conflictiva, como motivar e incrementar las ventas, la productividad, mejorar el mercadeo, etc. Los participantes no necesitan saber ni siquiera cual es la situación o problema a solucionar. Mediante la dinámica aparecen los conflictos y las soluciones, manteniendo siempre el grado de confidencialidad de la empresa.
En conclusión, para los que dudan o no creen en las constelaciones familiares Matías Rapallini dejo un mensaje. “Todo el tiempo me cruzo con detractores y gente que no está muy de acuerdo, siempre les digo vivan la experiencia, es sorprendente ver esa gente que viene con sensaciones de ¿qué me va a pasar? y cuando se sientan en la silla y empiezan a percibir se dan cuenta que es una cuestión de abrir el corazón y confiar que todo lo que tenga que aparecer va a aparecer”.