Por Vanina Villar
El primer paso antes de aplicar la base es elegir la textura y el color ideal para nuestra piel, ya que como sabemos esta tiene que ser un gran aliado, cumpliendo la función de ser una segunda piel. A diario me comentan en mi estudio personas que veo por primera vez para un curso de automaquillaje que no utilizan bases porque sienten que su textura es pesada o porque no les gusta que se les note. Mi respuesta es que no han sido bien asesoradas al momento de adquirir el producto, ya que las personas que encuentran el tono y la textura adecuada cambian inmediatamente de opinión. La base debe ser imperceptible y cumplir nuestras expectativas al cubrir aquellas pequeñas imperfecciones de nuestra piel logrando un resultado óptimo.
Al momento de aplicarla es importante mantener el pelo despejado del rostro, el cutis debe de estar limpio y humectado antes de la aplicación. Con excepción del cutis seco, no recomiendo utilizar cremas antes de la aplicación de bases ya que las cremas ayudan a que las bases resbalen y la piel brille más. Otro punto a tener en cuenta es el clima en el cual vivimos, ya que tiene incidencia en nuestro make up.
Durante años hemos escuchado que la base debe aplicarse primero en la frente, luego en nariz y mentón, si lo que queremos lograr es un efecto súper natural; lo que yo te aconsejo es que no tengas en cuenta estos datos, si no los que te favorezcan a vos.
Mi consejo es que comiences aplicando la base en las áreas de mayor necesidad siempre, por ejemplo, si tenés secuelas de acné o melasma en pómulos comenzarás por estas zonas y luego seguirás por zonas como frente y nariz, donde tu piel tenga menor necesidad de cobertura. Un pincel sintético para la aplicación te ayudará a esfumarla aplicándola con técnicas de arrastre para difuminar o pequeños golpecitos en las áreas donde quieras cubrir más.