Actualmente, cada vez es mayor el número de personas que, por diversos motivos, adopta un tipo de alimentación que excluye los alimentos de origen animal. Las motivaciones pueden ser relacionadas con problemas de salud, religiosas, económicas o hasta ético-filosóficas.
La alimentación basada en plantas es un estilo de alimentación basado mayormente en alimentos de origen vegetal como verduras y frutas, granos enteros y cereales integrales (como arroz integral, quinoa, mijo, trigo sarraceno, cebada, etc), legumbres (garbanzos, lentejas, porotos), aceites vegetales, frutos secos y semillas, en vez de alimentos de origen animal y alimentos ultraprocesados, estos últimos no se excluyen por completo pero se limitan lo más posible en la dieta.
En nuestro país, la SAN (Sociedad Argentina de Nutrición) declara en su documento de postura (2014) que: “Las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables y nutricionalmente adecuadas”. Y finaliza: “Finalmente, la SAN considera que, si un individuo es vegetariano o decide adoptar este tipo de alimentación, debe ser provisto de educación y orientación por un profesional de la nutrición para convertirse en un vegetariano saludable.” Las personas que decidan cambiar su dieta habitual deben conocer los riesgos y las ventajas de la alimentación escogida y recibir información que les ayude a ofrecerles una alimentación suficiente y saludable.
¿Qué es una alimentación basada en plantas?
La alimentación basada en plantas (ABP) es un estilo de alimentación de origen vegetal que tiene como objetivo incluir la mayor cantidad posible de alimentos que promuevan la salud, evitando los alimentos ultraprocesados. Se trata de una dieta que fomenta el consumo de plantas en su estado más natural posible y en variedad, para así aprovechar la mayor cantidad de nutrientes.
¿Cuáles son los beneficios de una ABP?
Este tipo de alimentación tiene múltiples beneficios: en nuestro organismo disminuye el colesterol, la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre previniendo el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial y la obesidad, reduce el riesgo de algunos tipos de cáncer; y posee un menor impacto ambiental, ya que las plantas consumen menos recursos para su producción que los alimentos de origen animal.
¿Y las proteínas?
Se puede mantener un buen nivel proteico con una alimentación basada en plantas, siempre y cuando se combinen diariamente alimentos ricos en proteínas como legumbres, cereales, semillas y frutos secos. Previamente, hay que remojarlos para aprovechar todos sus nutrientes.
Si elegís una alimentación basada en plantas, tené en cuenta:
A pesar de que en una ABP bien planificada se pueden obtener la mayoría de los nutrientes, muchas veces hay que suplementar la vitamina B12. Es necesario consultar con un profesional para revisar la dosis que corresponda.
La vitamina D es otra carencia nutricional frecuente, por lo que es importante medir sus niveles. Se obtiene a través de la adecuada exposición solar, en caso de no ser posible hay que consumir alimentos fortificados con este nutriente.
¡Consultá con un profesional! Es necesario realizar controles periódicos con nutricionistas especializados y realizarse los chequeos correspondientes para evitar deficiencias nutricionales.