Adrián Char referente en medicina reproductiva

Cada vez más parejas recurren a los tratamientos de fertilidad para tener a su primer bebé, por esto, Revista abc entrevistó al doctor Adrián Char, director de Vitae, para hablar sobre los últimos avances en técnicas de reproducción asistida y los pasos que sigue una pareja desde la primera consulta hasta lograr el embarazo.

Vitae es un centro que nace en el año 2012, cuyos integrantes son pioneros en la reproducción asistida de alta complejidad en Salta. En la actualidad, su director está acompañado de un equipo de profesionales de gran experiencia, además de la tecnología necesaria para estar en el máximo nivel de prestación para los pacientes.

¿Infertilidad y esterilidad son sinónimos? ¿En qué se diferencian?

El término esterilidad hace muchos años quedó en desuso por una cuestión estigmatizante, hoy se habla de infertilidad, por lo que el término apropiado es ese.

Entre el 15 y 20% de la población tiene problemas de infertilidad, es decir 1 de cada 5 parejas consultan porque llevan más de un año de tener relaciones sexuales frecuentes (entre 2 o 3 veces por semana), no media ningún método anticonceptivo, la relación sexual es efectiva y no se puede lograr el embarazo, entonces eso se llama infertilidad.

Hay una discriminación de edad vinculada a la calidad de los óvulos, después de los 35 años la mujer debe hacerse los estudios lo más pronto posible. En promedio los pacientes que se acercan son de 37 – 38 años.

Dentro de las causas de infertilidad, una muy importante es la postergación de la maternidad. Hombre y mujeres deciden postergar el nacimiento de un hijo en pos de una cuestión laboral, de una realización económica o profesional, entonces buscan un bebé después de los 35 años y te enfrentás con la realidad de que no es tan sencillo y el paso del tiempo tiene sus efectos sobre los óvulos, disminuyendo la calidad, aumentando las alteraciones genéticas y el porcentaje de embarazo mensual, por más que no haya ninguna dificultad, disminuye.

Además se suman otros factores, como por ejemplo los endocrinológicos que son muy frecuentes, hay causas vinculadas a factores tubarios, obstrucción de trompa vinculadas con gérmenes, factores anatómicos, etc.

¿Cuáles son las causas de la infertilidad?

La endometriosis es una enfermedad que representa un tercio de las causas en el factor femenino, es causante de infertilidad, ocasiona mucho dolor y produce sustancias que suelen ser tóxicas para la implantación del embrión o alteraciones  anatómicas produciendo adherencias que impiden que se pongan en contacto el óvulo con el espermatozoide.

Las causas masculinas, que están en igual proporción que las femeninas, están vinculadas con tóxicos, el estrés o el tabaquismo. Aproximadamente, un 50% con varicocele y un 50% de causas que no se conocen, en las que hay una alteración en el número de los espermatozoides.

¿Qué técnicas o tratamientos son los más recomendados?

El tratamiento está vinculado fundamentalmente con el diagnóstico, mal podés indicar un tratamiento si no sabés lo que le pasa al matrimonio, entonces hay un impedimento real, puede ser una obstrucción tubaria o un factor masculino severo y el tratamiento pasará por una fertilización in vitro, que es un tratamiento de alta complejidad. Pero si las trompas están permeables y el semen está en forma adecuada y no se logra el embarazo se concurrirá a métodos de baja complejidad, haciéndole entender al paciente que hay menor porcentaje de éxito, pero también la baja complejidad implica menos estrés, disminuye la intervención por parte del médico y la paciente lo percibe como un tratamiento más amigable, no invasivo.

Si ya realizó tratamientos de baja complejidad y no logra un embarazo, entonces hay que recurrir a métodos de alta complejidad.

¿Cada cuánto es recomendable realizar un tratamiento?

Físicamente podes hacer todos los meses un tratamiento, pero creo que no está bueno hacerlo de esa forma porque no le das posibilidad al paciente de asumir lo que significa psicológicamente el dolor de esa dificultad o trastorno de no lograrlo con el tratamiento.

Además la obra social te pone un límite de tratamientos por año y ahí también te están limitando. Con baja complejidad se pueden hacer 4 tratamientos en el año, por lo que te cubren un tratamiento cada 3 meses, mientras que de alta complejidad se cubren 3 tratamientos de por vida.

¿Cuáles son las dudas o los miedos más frecuentes con las que llegan las parejas?

La gran carga que tiene el paciente es el dolor de que quizás nunca va a ser papá o mamá, ese es el gran miedo y en la medida que vamos haciendo los estudios, vamos bajando ese nivel de angustia porque te das cuenta de que muchos de los problemas o los factores tienen solución.

El equipo tiene que trabajar en desmitificar que ella o él es el culpable, aquí se trata de una enfermedad que nadie buscó, ni quería padecerla y esa enfermedad desde el punto de vista físico, psíquico y social los involucra a los dos.

Desde que comenzó a trabajar en este ámbito, ¿cuáles han sido los cambios respecto a tratamientos?

La conciencia de las mujeres vinculadas con la edad, hoy tenemos muchas consultas de pacientes que por distintos motivos se encuentran sin pareja o con pareja pero sin proyecto de tener un bebé, y saben que se aproximan a los 35 años y quieren preservar sus óvulos. Esto está muy bueno, porque no hay una decisión concreta o actual de tener un hijo, entonces eso es un gran avance porque te permite a una mayor edad tener óvulos de mejor calidad con mayor tasa de embarazo.

También mejoró el uso de nuevos catéteres para la transferencia, el uso de la ecografía, y muchas cosas más.

En lo personal, ¿recuerda alguna situación que haya marcado un antes y después?

Se me viene a la mente la primera bebé que nació por fertilización in vitro y con la que hoy tenemos contacto frecuente. Tiene 19 años, es bella Marilyn y sus padres están felices.

También, un embarazo gemelar donde uno de los embriones se implantó a nivel del cuerno uterino y a las 8 semanas hubo que hacer una intervención quirúrgica y así llega Ofelia, que hoy tiene 8 años. En esa cirugía no era mi mano la que operaba, había una protección muy especial que a la hora de la sutura del útero (que fue con la mayor delicadeza), sentí que no era mi mano la que estaba operando. Fue ella, Ofelia, quien siguió adelante porque estaba adentro del útero.

¿Lo más difícil profesionalmente hablando de este proceso?

Creo que el día que me acostumbre o me dé lo mismo que una paciente se quede embarazada o no, debería dejar de hacer esto. No me da lo mismo, uno sufre con el dolor del otro cuando los resultados son negativos y también agradece a Dios cuando las cosas se dan bien porque uno sabe que es un simple instrumento.

En lo personal he vivido 9 años de infertilidad sin tener un hijo, así que sé perfectamente el dolor de lo que significa la llegada de cada menstruación, el dolor de tu esposa.

La infertilidad te hace valorar la vida de otra forma, en ese camino hay un aprendizaje del matrimonio, para entenderse mutuamente y acompañarse. Cada uno tiene que descubrir para qué se presentó la enfermedad.

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