Fórmulas de bienestar personal
Seguramente en más de una ocasión has decidido quedarte en casa todo el fin de semana. Aprovechar el tiempo para ver esa maratón de series que tenías pendiente meses atrás. Quizás quedarte leyendo en la cama durante horas se libro que tanto te recomendaron. O tumbarte en tu sillón preferido toda la tarde para simplemente hacer nada.
No te preocupes ni te sientas mal. No sos un antisocial, no estás deprimido y no se trata de que te estás alejando de amigos y familia. ¡Estás haciendo nesting! Derivado de la palabra inglesa nest, nido en castellano, es un fenómeno social que se da cada vez con más frecuencia en todo el mundo, principalmente en los grandes centros urbanos.
Anidar en casa ya no es una moda o tendencia. Lo practican personas de todas las edades, condición social, incluso los millennials no han sido ajenos a este movimiento. El entorno hostil de inseguridad y caos de las ciudades ha creado las condiciones ideales para que irrumpa esta nueva conducta social: permanecer más tiempo en casa por elección propia, disfrutando de tu espacio personal, solo o acompañado.
El diseño, desde diferentes áreas, ha empezado a dar respuestas a esta situación. Quizás quienes primero lo advirtieron, por la velocidad de los cambios, son los de la industria de la indumentaria. El homewear, un híbrido entre pijama, ropa deportiva y de calle da cuenta de ello: batas con capucha, remeras, musculosas y babuchas amplias y de telas suaves. El placer de llegar a casa y quitarse lo puesto. Pero nada de ropa vieja o en desuso, sino de diseño para estar cómodo y cool. ¡Ideal para selfies de Instagram!
El diseño interior también se ha ocupado del tema. El mobiliario multifunción que cubre dos o más necesidades. Sillones que se transforman en divanes, camas dobles o superpuestas. Mesas de centro que modifican su altura para comer o usar como escritorio son algunas de las opciones. Muebles con ruedas para trasladarlas fácilmente según el uso.
Es paradójico en cierta manera. Vivimos en espacios cada vez más pequeños y el mobiliario es más grande que en años anteriores. Las personas eligen tener menos espacios de circulación, pero, por ejemplo en el dormitorio, que la cama sea más grande que el estándar.
Ya no es importante el tamaño del espacio. Pueden ser pocos metros cuadrados, pero deben reflejar el gusto y lav personalidad de quien vive en ese sitio. Para el diseño eso no es un limitante, sino un desafío que un diseñador de interiores sabrá resolver de la manera más adecuada. Los textiles para tapizados y almohadones buscan ser naturales, suaves, ecológicos y de fácil mantenimiento. Las alfombras, de tejidos simples, a veces protagonistas del espacio y otras como complemento. Nada más agradable que estar descalzo sobre ellas.
Vale aclarar que no se trata de minimalismo, tendencia estética que promueve lo despojado, limpieza visual y pocos adornos, sino de que el espacio cumpla las necesidades personales y de confort del usuario. Hygge, el ideal danés de felicidad A tono con Nesting se ha difundido un hábito conocido como Hygge.
Según encuestas que miden el nivel de felicidad de los países, Dinamarca está en el pico máximo de esa escala. Inviernos con temperaturas extremas, noches muy largas y poca exposición a la luz natural no han sido problemas a la hora de pensar cómo mejorar la calidad de vida. De hecho, los daneses han sabido transformar condiciones climáticas adversas en una forma de bienestar general. Y más que una moda lo han convertido en parte de su idiosincrasia. Además, exportaron esa modalidad a todo el mundo. La permanencia en espacios cerrados por muchas horas, en el hogar y trabajo, dan lugar a diseños de interiores cómodos, versátiles y agradables visualmente.
La gama de colores de los interiores tiende a ser blanca para reflejar la poca luz que ingresa por las ventanas, que, además, suelen no tener cortinas. El mobiliario combina materiales como maderas claras con tapizados suaves al acto.
Se crean espacios de uso personal, como un rincón de lectura junto a una ventana. La chimenea como punto focal el ambiente para compartir con familia y amigos. Preparar una rica torta para acompañar un té, siguiendo las remisas del Slow Food.
El uso de velas para aportar el toque de calidez, no solo para iluminar, sino para crear una atmósfera ideal de relajación. En ese sentido, la iluminación artificial es uno de los recursos de diseño más interesantes a la hora de la creación de distintas escenas. La tecnología led permite optimizar el consumo energético, entre otras ventajas. El mercado ofrece infinidad de variantes de modelos de luminarias: colgantes, apliques, lámparas de pie y mesa, etc. en distintos estilos y materiales que, bien utilizados, darán al espacio el complemento ideal que se pretende lograr.
Un aspecto muy importante para la creación de un clima relajado es la tonalidad de las fuentes de luz. Será mucho mejor que sean cálidas en el estar, comedor y los dormitorios. En las cocinas una opción es que sean de tonalidades neutras. También existe la posibilidad de programar la iluminación de manera automática según el diseño planteado. Encender y apagar por áreas, atenuar la intensidad de la luz con un sistema de control simple, amigable con el usuario y en muchos casos con aplicaciones bajadas de internet y controlado desde tu celular. Todo para hacerte la vida más confortable.
Finalmente, cuando te sientas cansado, absorbido por el trabajo y obligaciones diarias, cansado de correr de un lado a otro, entonces es el momento de poner pausa. Nesting y Hygge te dan algunas fórmulas para para mejorar tu vida y ser más feliz.
Nota por Fernando Mazzetti. Diseñador de interiores e iluminación -www.fernandomazzetti.com.ar